Per Baltasar Bueno
Los catalanistas siempre han vendido la cabra, y hay quien la sigue comprando, de que lo que hablamos las gentes del Reino de Valencia es el catalán que trajeron aquí los cuatro soldados analfabetos de la entonces Marca Hispánica, hoy Cataluña, que llegaron aquí con el rey don Jaime a repartirse el botín de la conquista y los saqueos del Reino Moro o Taifa de Valencia.
No piensan los recipiendarios de tal afirmación que aquí, antes que aterrizaran los bárbaros de la Catalonia, ya hacía siglos que éramos personas y hablábamos y escribíamos las lenguas que nos habían ido dejando los distintos pueblos que se asentaron en estas tierras. Es decir, no éramos muditos, ni manquitos, ni lerdos de solemnidad.
Esta reflexión tan elemental y de catón de parvulario no la aceptan en la Universidad, ni en los colegios, ni en los institutos, ni los imanes fundamentalistas del catalanismo, porque no ven más allá de lo que les permite las orejeras que se ponen.
Lo que hablamos y escribimos los valencianos en la lengua autóctona es un cóctel de las distintas lenguas de los pueblos que anidaron y se instalaron en estas tierras.
De estos pueblos, el primero del que tenemos noticia cultural fehaciente es del ibérico, que hablaba y escribía la Lengua Ibérica. Edetanos y contestanos fueron los pueblos ibéricos que destacaron en este territorio. Y sobre su cultura y lengua acaban de sacar un interesantísimo libro los profesores José Aparicio Pérez, Morote Barberá, Silgo Gauche y Cisneros Fraile, titulado ‘La cultura ibérica. Síntesis histórica’, editado por la Sección de Estudios Arqueológicos Valencianos de la Diputación de Valencia.
Dan cuenta estos investigadores de los numerosos vestigios escritos de la Lengua Ibérica, que tanto estudió el profesor Domingo Flecther Valls, lengua que alcanzó precisamente su apogeo con la aparición en nuestro litoral de la colonización romana, que trajo, entre otras beneficiosas cosas la Lengua Latina.
Ambas lenguas se fusionaron en el habla del pueblo valenciano, predominando la latina, más culta y desarrollada, que luego recibiría una importante arabización por las aportaciones de los colonizadores islámicos y otros préstamos lingüísticos de otras lenguas de pueblos que pasaron por aquí, desembocando en la Lengua autóctona Valenciana.
Como todas estas cosas las tachan con Typex los catalanistas, que nos hacen nacer como pueblo político y pueblo hablado en 1238, modestamente les invito a agenciarse con este valioso trabajo de investigación, a leérselo y a reflexionar. Si es que aún nos está permitido el pensar y analizar.