Per Federico Ferrando Roda
He leído con atención el texto del Estatut de Catalunya. La impresión primera es que prima su ambigüedad a lo largo de todo el mismo, con una clara intención. Esa es todavía oscura. No tiene claridad. Lo que sí que está claro es que es un Estatut lleno de imposiciones, ya que impone la lengua catalana a los jueces, a los maestros de 1ª y 2ª, así como a los profesores y catedráticos universitarios. Cómo no, a los alumnos. A todos los ciudadanos. Instituye la Eurorregión de Maragall sin contar con todas las comunidades a las que hace referencia. Impone la defensa de la lengua catalana fuera del territorio catalán, español y francés. Impone la posibilidad de firmar convenios con otras comunidades “vecinas” y tener embajadores donde haga falta, así como celebrar referendos a la carta. Impone la escuela laica, la eutanasia activa y pasiva; el aborto (por supuesto) y todas las demás uniones mamifero-genitales que se den.
Tanta imposición me suena más a un totalitarismo parecido al ejercido por el PNV en Vascongadas que a otra cosa, ya que una de las características de todo totalitarismo es su imperialismo. Su ansia de ampliar los territorios y ser más grande si cabe.
No puedo menos que recordar las palabras de D. Antonio Aparisi y Guijarro, en su discurso de 15 de abril de 1869, haciendo referencia a la defensa de los fueros vascos (fueros que también parece quiere resucitar el Estatut Catalá): “…yo deseo que el fuero se convierta en ley, y sea la ley para todos los españoles; esto es, que los fueros de las provincias hermanas vengan a todas nuestras provincias; y yo os repito: que vengan enhorabuena esos fueros; pero que vengan acompañados de las buenas, sencillas, austeras costumbres que reinan en aquellos pueblos y del espíritu altamente religioso que los anima. Porque francamente, si vienen solos los fueros, no adelantaremos gran cosa. Perdonadme, señores, la expresión, si es algún tanto bárbara: es muy fácil hacer fueros, hacer leyes, hacer constituciones; pero es muy difícil hacer costumbres”.
Las Libertades no se imponen. En cuanto impuestas, aparece ansiedad contra ellas y quien las ha instituido. El llegar a hacer costumbres es mucho más complicado, pero totalmente libre.
Señores del Tripartito, Ustedes verán.