Per Baltasar Bueno
El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, es de Motilla del Palancar, Cuenca, y lo de valenciano le resbala bastante, a pesar de lo cual, aunque de rebote, puñetera casualidad, llegó a ser presidente de la Generalidad Valenciana, nada extraño porque su padrino político, que era de Cartagena, también ostentó tal cargo.
Los valencianos somos así de regalones y pasotas, al primero que pasa por la calle le hacemos presidente de la Generalidad. Y luego nos pasa lo que nos pasa. El de Cartagena nos devolvió el favor montándonos la AVL, que Olivas no quiso desmontar, alegando que para que nos la pongan de nuevo los catalanistas, pues ahí se queda, para la posteridad.
A los dos forasteros que encaramamos en lo alto del palo de la piñata política les ha importado siempre un pito la Lengua Valenciana, más bien estuvieron por otras cosas, pues ya se sabe lo que pensaban, que estaban en política para lo que estaban. No había empresario, economista, político o patricio valenciano que se mereciera ser presidente de Bancaja, no encontraron a nadie, y pusieron a uno de Motilla del Palancar, con un currículo bastante bajo, sus orígenes fueron ser abogado de las pensiones baratas de Valencia, a pesar de lo cual hoy ocupa un montón de cargos en entidades financieras, que, al final de mes, dispara todos los récords de los bingos.
Olivas vive regaladísimo y, sin embargo, no le da por hacer la valencianía debida. Lo de los lienzos de Sorolla de la Hispanic Society es algo que, además, las Cajas están obligadas a hacer.
Bancaja se había acostumbrado a hablar sólo de beneficios, beneficios y beneficios, sin darse cuenta de que en su origen nació para ser entidad benéfica, social, cultural y económica. El libro en cuestión se llama ‘Sorolla, Visión de España’ , está editado e impreso en Barcelona, -ya saben que Valencia no fue nunca la cuna de la imprenta en España y que aquí en la Comunidad Valenciana no tenemos ninguna imprenta, y mucho menos que sea clienta de Bancaja- y en su texto se hace apología de la catalanidad de Sorolla, de la catalanidad de la pintura de Sorolla.
Hoy, los de la AVL, los del CVC, los de la Conselleria de Cultura del PP y toda la panda catalanista estarán locos, aplaudiendo a rabiar por este nuevo brindis a la catalanidad, que hay que agradecer a José Luis Olivas, tan valenciano y valencianista él, que hasta su jefe de prensa no es valenciano, sino de Madrid, como toca.