Per Federico Ferrando Roda
Los nervios deben estar a flor de piel, y me imagino que esta situación provoca que los responsables políticos condensen un nivel de stress que les lleva a decir tonterías, e incluso a insultar a otros políticos o comunidades autónomas vecinas. Es el caso de Maragall cuando declara que "la Comunidad Valenciana no ha sido ni será nunca nacionalidad ni nación, que ni tan siquiera tiene idioma propio".
Debe estar muy nervioso. No le deben ir bien las cosas. Que la Comunidad Valenciana no quisiera entrar en su Eurorregión debió sentarle bastante mal. Encima, el Consell valenciano le reclama el "Llibre dels Repartiments" que está depositado en Cataluña, pero que su auténtico propietario es el Reino de Valencia. Orihuela reclama también el libro de la carta constitucional de Orihuela robado en 1902 y que también está en Cataluña. Así mismo, en Castellón reclaman el Arquero rupestre que fue robado con sierra radial y que como los anteriores, se encuentra en Cataluña.
Cuando un político llega al insulto hacia un Reino vecino, es que ha perdido los papeles y que la incertidumbre de lo que le depara el destino a él y a su Principado está demasiado en el aire.
Lo que ha conseguido Maragall con su insulto al pueblo valenciano, es poner en solfa al Partit Socialista del Paìs Valencià, y que los valencianos no votemos a quienes van de la mano de un individuo que porque no consigue lo que quiere, insulta. Como lo hacían los ignorantes en política de otros tiempos.
Los insultos al pueblo valenciano de Zapatero, el Sr. Sevilla, Sra. Narbona, Sra. Calvo etc. han sido de otro carácter. Sin agua, negarnos la lengua, negarnos apoyo a la 32ª Copa América que atraerá al Reino de Valencia a más de diez millones de personas, tal y como reza la prensa de hoy. Nos cortan subvenciones en lineas de investigación, y lo que están apoyando a Zaragoza, más la "deuda histórica" (otra más) que se ha reconocido a Cataluña y que asciende a tres mil millones de euros, nos resta ingresos necesarios en infraestructuras, adecentamiento de la ciudad para el evento más importante desde la celebración de las Olimpiadas españolas del 92, etc.
Muy nerviosos deben estar el Sr. Maragall, Zapatero y Carod que resuelven sus incertidumbres con insultos. Como trogloditas.