Per Eliseo Forcada Campos
La gente honrada ha de ir acostumbrándose a ver la verdad vilipendiada, reducida al ámbito de sus conciencias. En las discusiones sobre principios éticos, la mentira tiene hoy grandes posibilidades de triunfo dado el carácter de la época en que vivimos. Algo ocurre hoy en día con la sociedad europea que no mira las cosas con objetividad. La demagogia a falta de razones, pretende buscar partidarios que la apoyen con sus voces y sus presiones. Por ese motivo cuando una idea se hace muy popular posiblemente haya intervenido la mentira.
Se confunde a la gente cuando se quiere aplicar a la ética el criterio de su aceptación democrática, que sólo puede ser válido en lo referente a la política en general o en lo que respecta a las relaciones socio-económicas. La ética debe estar por encima de las relaciones humanas, so pena de que la bondad o la maldad no estén en función de la naturaleza racional
Vemos que aquí en España y en los medios de comunicación, como la mejor forma de captar partidarios es simplificando las cuestiones y los problemas. La reflexión y el estudio profundo son los mejores aliados de la verdad. Pero ocurre en nuestra sociedad, que la gente no quiere adentrarse en consideraciones profundas. Basta propagar que algún principio ético se opone a la libertad o a los derechos humanos para rápidamente obtener numerosos partidarios. Hay ciertas palabras que se emplean para impedir una crítica inteligente de los problemas: democracia, libertad, derechos, etc. La vida ética del ser humano es demasiado compleja que al tratar de simplificarla se cae en la mentira. Vivimos una época en que todo se critica, pero en realidad la gente no habla con conocimiento de causa, porque la han enseñado a no pensar, porque nos pueblos que no reflexionan y que sólo reaccionan, están condenados a caer en el engaño y al final ni siquiera reaccionan ya que la inhibición y la apatía llena conceptos por los que siempre han luchado.
Tanto en las democracias como en las dictaduras siempre predominan las ideas del más fuerte y hoy en día el que tiene más y mejor medios de comunicación es el que más influye en sus semejantes. La gente seguirá siempre las sugerencias o ideas de los grandes manipuladores, aunque en el fondo crea que piensa por sí mismo
Los medios de difusión en España, tal vez nos informan de todo, pero deformándolo siempre con alevosa intencionalidad. La verdad se ofrece desde el respeto y la educación, y siempre trata de convencernos con razones. La mentira, en cambio, trata de imponerse atacando y acusando y empleando el desprecio y la burla como sistema. Hoy en día este último método es el que impera.
Aquí hay muy pocos periodistas que pueden contestar objetivamente a estos planteamientos, porque la información es muchas veces desinformación y esta última viene originada por la improvisación. La mentira se adorna con la pasión ideológica, hasta el punto de confundir e influir en la gente hacia determinada postura. No es que haya mala fe en la gente sencilla, lo que hay es muy pocas ganas de pensar y una inhibición cada día más hacia los problemas ajenos.