Lengua compartida de la AVL

Per Valéncia Hui

La Academia Valenciana de la Lengua ha aprobado, en el pleno extraordinario que acaba de celebrar en Castellón, una declaración institucional donde exige la difusión “sin fronteras” del “valenciano, dentro de los territorios de la lengua compartida”.

La declaración la ha realizado dentro de los actos conmemorativos del 75 aniversario de las Normas Ortográficas de Castellón, que, como es sabido, fue el principio de la catalanización, suplantación y exterminio de la Lengua Valenciana.

La AVL, día tras día, viene quebrando lo establecido en el Estatuto de Autonomía en cuanto a que la lengua autóctona es el Idioma Valenciano, proceso que comenzó con el demoledor dictamen del Consejo Valenciano de Cultura de 13 de julio de 1998, donde se hablaba de la pertenencia al mismo sistema lingüístico de los eufemísticamente llamados países catalanes.

Este dictamen fue encargado al CVC por las Cortes valencianas, cuando el Consejo contaba sólo con tres consejeros valencianistas, resultando un dictamen pro catalanista, pro lengua catalana y por países catalanes, que por parte del PP negociaron para que así saliera González Pons y el hoy tránsfuga Joaquín Calomarde.

Lo de que pertenecemos al mismo sistema lingüístico y tenemos la lengua compartida con los territorios de habla catalana es una senda que la Academia Valenciana de la Lengua va labrando con mayor profundidad cada día, sin que nadie oponga ninguna resistencia.

Exceptuada la “patada en la puerta” que el conseller Alejandro Font de Mora dio un día en San Miguel de los Reyes, un acto pírrico protagonizado de cara a la galería y que no sirvió para nada, los dirigentes del Partido Popular no han hecho nada por oponerse al febril y acelerado proceso de convergencia catalanista que impulsa la Academia Valenciana de la Lengua.

Lo de Castellón es un nuevo paso en la imposición de las Normas del Instituto de Estudios Catalanes y de la lengua catalana en el territorio valenciano, por la Academia Valenciana de la Lengua generosamente regada por el dinero de las arcas de la Generalidad Valenciana, que se nutren de los impuestos que pagan los valencianos.