Per Baltasar Bueno
El vicepresident del Consell, Vicente Rambla, -catalanista de pro y últimamente más enamorado que nunca de Cataluña y lo catalán- ha dicho que “es necesario que el Ministerio de Industria apruebe el Decreto que contempla la adjudicación de un múltiplex que garantice la reciprocidad de las emisiones entre las televisiones Canal 9 y TV3”.
“Existe una clara voluntad por parte de la Generalitat (la que antes se llamaba Valenciana y avergonzados ahora le han quitado el gentilicio) de llegar a un acuerdo para la emisión de Canal 9 en Cataluña y de TV3 en la Comunitat Valenciana, pero para ello es necesario que el Gobierno central apruebe el Decreto que garantice la reciprocidad”.
Rambla asegura que “no existe ningún problema por parte del Gobierno de Francisco Camps -menos ahora que Rajoy ha ordenado a los ya pocos seguidores y simpatizantes que le quedan- de llegar a un acuerdo con la comunidad autónoma de Cataluña para la reciprocidad en las emisiones”.
“En cuanto el Gobierno central apruebe el Decreto para la adjudicación de un múltiplex en la Comunitat Valenciana nos sentaremos con Cataluña para corroborar el acuerdo y permitir la emisión recíproca de Canal 9 y TV3”, Rambla ‘dixit’.
Lo ha dicho todo feliz, encantado, sin nada más que llevarse a la boca en sus tristísimo y fúnebre papel de portavoz, ahora al servicio del tripartito catalán, allanador de caminos al catalanismo.
Se han pasado los años y las campañas electorales los del PP gritando y berreando contra la TV3 y ahora el dueto Camps-Rambla está haciendo la cama a la televisión catalana, contra la que han desplegado todo tipo de cruzadas.
No les extrañe que los dos, mano a mano, enfervorizados, iluminados, obedientes a las instrucciones de PP Madrid, constituyan la ONG ‘Catalanistas sin fronteras’, para que los del norte sigan catalanizando las tierras valencianas a través de la televisión catalana.
El PP nos va a convertir otra vez en moneda de cambio, en la política de agrado a los nacionalistas radicales que ha iniciado, necesitado de los mendrugos de sus votos para gobernar. Va a facilitar desde la política, lo que intentó impedir desde la legalidad, instando y utilizando a la autoridad judicial para que cerrara los reemisores de TV3, los mismos que con tanta magnanimidad y complacencia consintió, durante un cuarto de siglo, catalanizaran sin problemas el Reino de Valencia.
Los catalanistas nos roban lo mejor de nuestra literatura y nuestra lengua, nos niegan el agua del Ebro, y Rambla y su Consell los aplauden y se solidarizan con ellos. Vivir para ver.