Per Vicente L. Simó Santonja
Sin discutir el origen chino del papel, no puede desconocerse que en 751 el gobernador del califato de Bagdad en Samarcanda, aprovechando agua, lino y cáñamo hizo construir un molino papelero. El itinerario del invento es conocido: Túnez, Fez, Ceuta, Al-Andalus.
Se cuenta, sin ser cuento, una cita de 1056 referida a Abu Mescufà, propietario de un molino papelero en Xàtiva, observando el cartógrafo y geógrafo Al-Idrisi “se fabrica en ella (Xàtiva) un papel del que no se encuentra parangón en el mundo y que se conoce en Oriente y Occidente”. Los mismos testimonios se repiten en Al-Himdjari, Yaqut y Al-Maqqarí. ¡Faltaban casi doscientos años para la entrada de “repobladores”, que según algunos “nos lo trajeron todo!. ¿Conoce alguien el desarrollo de la industria papelera en sus territorios de procedencia, aragoneses, catalanes, occitanos, navarros, castellanos y demás etcéteras?.
Todo lo contrario. El papel “xativí” tuvo categoría de denominación de origen, designación genérica de papel de calidad, tanta que a día de hoy en Marruecos existe un papel de grano gordo que recibe el nombre de “papel shatbi”. Y papel xativí fue el utilizado en el protocolo notarial que se conoce como Llibre del Repartiment, que ahora los poseedores catalanes nos “dejan” admirar en una exposición, con retorno.
¿Alguien puede llegar a comprender que Cataluña reclame sus fondos documentales de aquí y de allá, mientras nuestra “oficialidad” no reclame la devolución de los fondos valencianos del que el LLibre del Repartiment es un claro exponente?. La consigna se cumple: nacimos con Jaime I, che ¿i del paper, qué?. Senyor Alcalde de Xàtiva, parlamentari ple d’audàcia i justícia, alce la veu i diga ¡el paper del Llibre el fabricaren en el meu poble!. Un musulmán del tres al cuarto demostró la libertad de pensamiento en este poema que la “oficialidad” debería ser castigada a aprenderlo de memoria:
”Aunque el papel queméis,
no quemaréis lo que el papel encierra;
que dentro de mi espíritu,
a pesar de vosotros se conserva
y conmigo camina
a donde quiera que mis pies me llevan.
Allí donde repose,
allí también reposará mi ciencia, y conmigo en mi tumba
será enterrada el día que yo muera”.
La técnica papelera musulmana-valenciana alcanzó otras zonas de España a mediados del XIII, y a finales del XIV podemos encontrar molinos en centro Europa. Corter de Harlem y Gutemberg hicieron el milagro de la imprenta, en madera y plomo respectivamente, y seguro que en sus almas se acordarían de Xàtiva.
¿Qué repoblador nos trajo el arte y la cultura de la fabricación del papel? ¿Es que acaso aquellas técnicas no facilitaron el I+D? ¿Quiénes son los atrevidos, osados (quizá más osos de circo) que todavía quieren hacerle creer al pueblo, que el/los Reinos Taifas del más adelante Reino cristiano de Valencia, eran un atajo de incultos?. Sepan que en el siglo XII, en la ciudad de Valencia, Abu Abd Alah Ben Qatús dirigía una escuela de copistas con una caligrafía peculiar diferente de la oriental, y también una pequeña corte a la que acudían los poetas a recitar sus poemas, algunos tan famosos que estuvieron presentes en otras cortes de Al-Andalus.
Esta fue “la nada” que descubrieron los repobladores.