Per Baltasar Bueno
El Ayuntamiento de Simat siente vergüenza de ser valenciano y ha proclamado por su cuenta que pertenecen a Cataluña, pues han aprobado una moción socialistas y catalanistas por el que se apuntan a la clasificación `Cat.´, Cataluña, en Internet.
Los del Bloc y los Esquerra Republicana del PV, con la gran complacencia del PSOE, han decidido que Simat de Valldigna sea territorio catalán a efectos electrónicos, que es una manera simbólica de independizarse del territorio valenciano y adscribirse al imperio catalán.
En el término municipal de Simat de la Valldigna está el Monasterio de Santa María de Valldigna, que Camps lo ha puesto en el Estatuto de Autonomía, como cuna sagrada de la valencianidad, cargándose el histórico Real Monasterio de El Puig de Santa María, que ése si que es Denominación de Origen.
La cuna histórica de la valencianidad campsista es catalanista desde ya, así como el término municipal que lo alberga. Los catalanistas se han hecho con Simat y el Monasterio, como se hicieron también con la Fundación Jaume II el Just, que es la que debe estar preocupada por velar por el monumento.
Por cierto aún estoy esperando que el PP nos cuente o el PSOE pregunte por el escandaloso despilfarro de dinero público que ha hecho algún directivo de la Fundación Jaume II el Just, que han dejado no un agujero, sino el cráter de un volcán en las cuentas. Aquí el PSOE que podría sacra mucha punta está muy calladito. Los sociatas sabrán por qué. En este capítulo, la prensa genuflexa ha pasado de puntillas, tras correr un tupido velo.
De esta descarada colonización catalanista de Simat de Valldigna no hay que echarle sólo la culpa a socialistas y catalanistas. Recuerden cómo con el anterior alcalde PP éste permitió que en el seno de la Corporación Municipal se abriera el debate de pedir el “cat.” de Cataluña para todos los que utilicen Internet.
De lo que cabe deducir que estaban todos los partidos en el ajo y se habían decantado por las tesis de Esquerra Republicana del PV, sin que les cayera la cara de vergüenza ni nadie tuviera la dignidad de oponerse, aunque fuera por cuestiones estrictas de geografía.
Ni Camps, ni Rambla, entretenidos con los cochecitos de marras, se han opuesto a tal acuerdo, ni los han recurrido, ni los recurrirán, porque a ellos les igual ocho que ochenta, lo suyo es el glamour, las cenas pantagruélicas y las fotos con los fittipaldi de turno.
Ni por legalidad, ni por patriotismo han impugnado dicho acuerdo, a todas luces ilegal. Pasan olímpicamente de los asuntos patrios. Tienen la fórmula dicen sus publicidades oficiales, pero no se sabe a qué fórmula se refiere. Al menos para pararles los pies al catalanismo, ni la tienen, ni se le espera, simplemente porque no les da la gana. Lo suyo en intentar plagiar las fiestas de Hollywood y BeverlyHills. Con eso se conforman.