Estructura del Judaísmo. Capítulo 9

Per Eliseo Forcada Campos

Vemos que San Pablo era hombre de gran severidad moral. No titubeó en dar normas y leyes a su comunidad, por eso no se comprende a un Pablo Apóstol contrario a la Ley de Cristo.

La Ley fue el medio de educar al pueblo, de darle unas reglas de moral. Al mismo tiempo revelaba la santidad de Dios, y hacía posible que los hombres imitaran esa santidad. Cuando más santo es el hombre, tanto es mayor en su culpabilidad al hacer el mal y su conciencia del pecado. San Pablo razona al igual de los profetas, es decir, que Israel por posesión de la Ley y demás favores divinos, podía cometer pecado y revelar su verdadero carácter. Entonces cabe afirmar, que la Ley produce el pecado, creando el conocimiento necesario.

Mirando la Ley a través de la reconciliación que Dios ha hecho por medio de Jesucristo, entre El y la humanidad, descubre San Pablo, que la Ley era figura del cumplimiento que había de venir, es decir, que la Ley era profecía y anuncio del Evangelio de Cristo, que a la vez es independiente de la Ley. Refiriéndose a las instrucciones antiguas del Judaísmo, dice a los Colosenses: “ Son sombra del futuro , cuya realidad es Cristo” (Col.2,17)

La Ley es temporal, limitada a una edad del pueblo, destinada a ser reemplazada por una institución superior, “ antes de venir la fe, estábamos encarcelados bajo la Ley, en espera de la fe que había de revelarse. De suerte que la fe fue nuestro pedagogo para llevarnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe. Pero llegada la fe yo no estamos bajo el pedagogo. Todos, pues, sois Hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús” (GAL.3,23-26).

Todo esto nos lleva a una conclusión, la más importante para San Pablo y para la Iglesia Cristiana; que es la anulación de la Ley. Según las cartas de Pablo, el cristiano está libre de la antigua legislación de Israel. No obstante los Apóstoles y los fieles de Jerusalén, a pesar de estar convencidos de que sólo en Cristo está la salvación, continuaron conservando el respeto por la Ley que Jesús por cierto había cumplido. Sin embargo no intentaron someter a la Ley de Moisés a los cristianos gentiles.

De los Hechos se deduce, que Pablo permitió a los judíos cristianos seguir observando la Ley. Sólo cuando algunos fanáticos trataron de convencer a los gentiles cristianos, de que sólo siguiendo la Ley podrían participar de los privilegios de Israel (principalmente en lo que se refiere a la circuncisión), entonces es cuando escribe dos grandes epístolas, a los Romanos y a los Gálatas, diciéndoles que la salvación se encuentra sólo en Cristo y que sin El la antigua Ley no tenía objeto de ser.

En realidad la Ley Antigua fue dada por Dios a Israel, como una norma de conducta, un Decálogo de principios, pero no transformó en realidad el corazón humano. Si los cristianos están obligados a una ley moral, no es por el Decálogo dado por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, sino por las propias leyes de Cristo, que éstas si que van al corazón del hombre.

Eliseo Forcada Campos
Asociación Cultural Cardona Vives

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