Per Baltasar Bueno
Desde El Palleter me envían una carta de un catalanista, que ha leído el opúsculo que escribí titulado “La AVLL, historia de una traición”, donde me quiere quitar la razón de raíz, negando que existiera la Lengua Ibérica, negando que las tribus edetanas, “nostre primer solage cultural i llingüístic” existieran, algo así como “el vi mare”.
La verdad es que me sorprendió tal afirmación y, en principio, opté por no hacer caso a la carta y no responderla, pues pensaba que era afirmación de ignorante, pero luego pensé que como hay tanto catalanista infiltrado en el sistema docente valenciano, tutelado por la Generalitat de Camps, que valía la pena responder. Si tenemos argumentos para contestar, por qué no hacerlo, aunque dudo que el interlocutor, cuyo nombre guardo, no vaya a aceptar nada de lo que le he dicho.
La respuesta fue la siguiente.
“Si usted comienza negando que las tribus edetanas y contestanas, ilergetes e ilercavones, por ejemplo, eran capaces de hablar y escribir una lengua, poco podemos hablar ya, porque se cierra a una realidad histórica, documentada, por ejemplo, en los vasos cerámicos con inscripciones ibéricas hallados en excavaciones y que se conserva en museos. Puede visitar el Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia. También consultar estudios de prestigiosos historiadores como Fletcher, Unterman y Gómez Moreno.
Es cierto que no hay rastros de lenguas desde el período Neolítico hasta la Edad del Bronce, pero sí de pueblos posteriores que hablaban y escribían una lengua, la ibérica, en el territorio hoy valenciano, de los que se ha podido configurar tres alfabetos ibéricos, estudiados y transcritos en signos latinos por Untermann, con los que se escribía la lengua ibérica, sustrato lingüístico prelatino.
Fletcher defiende que estos tres alfabetos latinos eran, dos indígenas y un tercero jónico arcaico, y que su sistema de escritura era una mezcla de alfabética y silábica. Testimonios, plomos, del alfabeto jónico han aparecido en territorios de Alcoy y Murla, en el norte de la provincia de Alicante. Puede contemplar también inscripciones de la lengua ibérica hablada en estas tierras hoy valencianas en un plomo hallado en el Pico de los Ajos, o en el paraje de San Antonio de Bechí. Puede también encontrar vestigios ibéricos en la Cueva del Turche de Buñol.
Precisamente esta habla ibérica ya fue la primera diferencia entre las lenguas de Valencia y Cataluña. Las tribus edetanas se expandieron por el territorio hoy valenciano y zona de influencia, colonizándolos, llevándoles su lengua y cultura, sus diversas artes de vivir o sobrevivir.
Los ilergetes, tribu edetana, subieron hacia Tortosa y Lleida. Ilerdense, como se llama al natural de Lleida, viene de Ilergete. La influencia de la colonización de nuestras tribus ha quedado en la fonética de las hablas de aquella parte, cuya fonética es bien distinta de la de Barcelona, y más similar a la nuestra.
La lengua ibérica, convienen estudiosos, debe considerarse entre las lenguas pro arias dentro del Mediterráneo. La lengua ibérica, que usted parece que niega, a pesar de ser una realidad evidente, forma parte del sustrato lingüístico prelatino, fundamental en la formación de las lenguas románicas. En tierras valencianas se habla valenciano en zonas pobladas por las tribus ibéricas, donde han aparecido poblados ibéricos, como regla general, y castellano donde no han aparecido poblados, aunque haya alguna excepción que confirma la regla.
Llegarían otros pueblos con sus lenguas y dejarían sus aportes lingüísticos y culturales. Con la invasión y colonización romana, la fortaleza y madurez del latín pudo con las hablas ibéricas, las subsumió. Se produjo ya en esta época, antes de Cristo, el bilingüismo. Se vivió aquí un período ibero-latino.
Dicho latín se quedaría ya en tierras valencianas, como quedaron los monumentos que construyeron los romanos -Teatro Romano de Sagunto, por ejemplo, hoy desgraciadamente destrozado por la modernidad política y arquitectónica- se mezcló el latín con las otras lenguas de los otros pueblos que vinieron a asentarse en estas tierras, pero nunca desapareció.
Los cristianos, que hablaban un latín vulgar, corrompido, evolucionado, pero latín, sobrevivieron incluso en la dominación árabe, con sus costumbres, tradiciones, religión y lengua. No fueron masacrados y exterminados en la época árabe. Hablaban un romance, puente entre el latín originario y el valenciano de hoy. No nos trajeron la lengua autóctona los catalanes, minoría entre los conquistadores y colonizadores de la gesta jaimina, aparte de que el latín que hablaban los catalanes era más afín al latín de la Galia o provenzal que al de Hispania.
Este latín romano fue descomponiéndose y evolucionando de forma distinta, con distintas fonéticas, en cada región mediterránea, originando lenguas románicas, romances. En la evolución del latín del territorio valenciano contó mucho la influencia arábiga, las hablas musulmanas, pues fue en esta parte y no en Cataluña donde se asentaron y vivieron a fondo los árabes dominadores y colonizadores, quedando encerrada y contenida Cataluña en la Marca Hispánica.
Aquí el latín se vio fuertemente arabizado, se produjo una simbiosis, hubo intercambios lingüísticos importantes, y se conservó menos arabizado entre los mozárabes. Léase los importantes estudios sobre los mozárabes valencianos, los musulmanes valencianos, hechos por el profesor Leopoldo Peñarroja.
No se entiende el furor y la irracionalidad de no querer ver en Valencia vestigios de lengua ibérica, luchándose a muerte contra tal evidencia e historicidad. La ciencia es racionalidad ante todo, pruebas, documentos, investigación, pero también aceptación de lo incontestable.
Que hablamos catalán, porque nos trajeron la lengua los catalanes es de risa, sobre todo cuando aquí hubo colonizadores post jaiminos de distintas regiones españolas: Aragón, Navarra, Murcia, Baleares,...
Prueba irrefutable de que aquí había una madurez lingüística y cultural superior a Cataluña es que acontece en estas tierras antes el Siglo de Oro de la Lengua Valenciana, que aún no se ha producido, ni por asomo, en Cataluña. Y ocurre apenas pasados doscientos de la supuesta alfabetización de los valencianos por catalanes. es decir, aceptando el hecho de la imposición del catalán fue a sablazo limpio, los valencianos resultamos ser unos alumnos extraordinarios, porque cuando se ven obligados los catalanes a citar un clásico de la literatura autóctona, tienen que recurrir a Valencia y los valencianos, sobre todo, y a Baleares.
Pero ya le digo, si usted comienza un diálogo cultural aferrándose al dogma intransigente y fundamentalista del catalanismo, que ahora parece que hasta niega el primer substrato de nuestra habla autóctona, la lengua ibérica, mejor dejemos de hablar, no perdamos el tiempo, no lo pierda, ni lo haga perder, póngase el burka encima y a vivir que son tres días.”