Introducción al Judaísmo. Los sefardíes valencianos. Capítulo 2

Per Eliseo Forcada Campos

A estos hispanos convertidos al catolicismo, se les permitió formar parte en todas las actividades, incluidas la Iglesia, Universidad, Armas, etc…, e incluso llegaron a formar familias de la más alta aristocracia de España.

Permaneció la creencia que al convertirse al cristianismo, la población quedaría integrada, pero ellos persistieron en su fe a los mayores, al Talmud, que en definitiva es el que ha conservado al pueblo judío como tal.

Cecil Roth, historiador judío especialista en “marranos”, en su obra Historia de los Marranos, dice: “casi alguno se torna cristiano llamanle Mesurad, que quiere decir en hebreo revolvedor, y si alguno de este linaje llega a algún lugar donde hay aquesta mala generación, preguntanle ellos ¿eres Anuz, cristiano por fuerza, o mesurad, cristiano por voluntad? Si responde Anuz soy, danle dádivas y honranle, y si dice Mesud soy non le hablen mas”.

La falta de autoridad de los reyes Juan II y Enrique IV, acompañada de la violencia de algunos señores feudales, y teniendo en cuenta que la unidad cristiana y nacional estaba aún por hacer, debido a la presencia del rey moro de Granada, crearon nuevos problemas.

No obstante el hispano-judío es un nuevo español, al que más de uno busca su amistad. Pero al instaurar la Inquisición los Reyes Católicos, tratan de imponer una vigilancia, no sólo sobre los marranos, sino sobre el ortodoxo como elemento contaminador. La religión judía, más que ninguna otra, es en extremo conservadora. El judío que en general se ayuda asimismo y a todo lo que gira alrededor de él, dando pié a sus miembros para escalar las más altas esferas, de ahí su posición en el mundo actual.

Concretamente la población judía española se dividió en dos ramas. Los que siguieron adictos a la fe judaica, que a la larga se integraron en el judaísmo mundial y lo marranos que eran judíos en todo menos en el nombre. Unos se integraron en la vida nacional por completo, incluso se comportaban como hidalgos, otros llevaron una doble vida a pesar de las posibles consecuencias debido a la Inquisición.

En esta primera emigración de hispano-judíos al África, es decir cien años antes de la expulsión definitiva, se crearon unas relaciones principalmente comerciales, relaciones que continuaron en posteriores éxodos, 1492, y los siglos XVI y XVII, debido a que muchos familiares quedaron en la Patria. El que haya canciones en el Renacimiento Español y Valenciano, en los romances encontrados en Marruecos y también en el Levante Mediterráneo, viene a corroborar la tesis de que España no olvidó por completo a los sefardíes y éstos, a la vez, no olvidaron a España.
La emigración de 1391, creó comunidades hispano-judías en África, Egipto y Salónica. Con la supresión del judaísmo en Mallorca en 1436, se anticipó el éxodo de sefardíes hacia esas comunidades, no obstante dichos individuos no se olvidaron de mantenerse en contacto con el Levante Español. Consigo llevaron un modo de vida más refinado, culto y elevado.

Los sefarditas empezaron las transacciones comerciales a escala que podríamos decir internacional. Muchos hispano-judíos, baleares y valencianos, crearon puertos comerciales en África. El intercambio comercial empezó a ser algo importante, a pesar de que cruzar el Mediterráneo en aquella época era bastante arriesgado ya que estaba infectado de piratas. Llegaron a formar sociedades al igual que algunos monarcas de la España cristiana, cuya finalidad era pagar rescate de los prisioneros apresados por los piratas. Estos hispano-judíos se organizaron en sociedades con un plan muy democrático.

De paso, conviene recordar la teoría de Sombart, según la cual los judíos son los fundadores del capitalismo. Puede que en algunos aspectos tenga razón.

Eliseo Forcada Campos. Asociación Cultural Cardona Vives

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