Per Eliseo Forcada Campos
Estas comunidades esparcieron nuestra cultura durante los dos siglos siguientes a su expulsión. Crearon academias literarias, ya que ellos hablaban el lenguaje culto, de las Universidades, de la Iglesia y de los militares. Entre ellos abundaron los poetas, filósofos, médicos e incluso oficiales del ejército.
Actualmente y siguiendo la evolución de los tiempos, de todos es conocido que la sociedad se compone de masas y clases dirigentes. Sin embargo en esta comunidad existían clases dirigentes bien formadas y preparadas para gobernar, lo que no tenían es masas para dirigir. Quizá esta fuera una de las razones de su casi desaparición.
Los hispano-judíos relacionaban el nombre de Separad que aparece en la Biblia, con el de la Península Ibérica. Maimónides estaba orgulloso de llamarse sefaradí, que quiere decir español. Así pues sefardí es el hispano-judío y Sefarad es España. En el Talmud Babilónico Nida 30, se halla un proberbio que dice “adam yasen kan / v’roe halom be “Ispamia (El hombre duerme pero en sus sueños ve a España). Así que España es tan legendaria como su mismo pueblo.
“…y el séptimo día de Ab del mismo año, los exiliados de Jerusalem que vivían en España, salieron hacia el destierro, con el alma entristecida por el mandato del Rey. Que un día regresen con júbilo en el corazón y espigas en la mano” (de una descripción de la Biblia hebrea escrita por A. Abraham Caliph, terminada en Toledo en el mes de Nisan de 1492, tres meses antes de salir de nuestra Patria.
Durante el periodo visigótico, fueron muchos los hispano-judíos que abandonaron España. En el siglo XII, los almohades al invadir la península, provocaron un fuerte éxodo de dichos individuos. Pero la fecha crítica para su propia historia y también para la de España, es sin lugar a dudas el 31 de Marzo de 1492. Muchos historiadores comparan este éxodo con el que sufrieron a raíz de la conquista de Babilonia por los romanos.
Las profundas raíces económicas, sociales y sentimentales que tenían en la Patria, obligaron a muchos de ellos a convertirse. Los historiadores cuentan que unos cien mil se trasladaron a Portugal con la idea y esperanza de se les permitiera quedarse.
La colonia sefardí por excelencia fue Salónica. La nostalgia por el amor a España les hizo denominar su nuevo ambiente con nombres españoles para sus sinagogas, como Castilla, Aragón, Valencia, Cataluña, etc...
No obstante el lazo de unión que ata a un pueblo es el idioma. Los sefardíes llevaron consigo los dos o tres idiomas de la Península. Posiblemente Yehudá Ha-Leví escribió en hebreo, árabe y el español mozárabe. Puede que él fuera el primer gran poeta de las tres lenguas. De todas formas no hay noticias de que aparte del castellano y valenciano haya traducciones a otros idiomas y dialectos de sus Libros Sagrados.
Eliseo Forcada. Asociación Cardona Vives