Per Eliseo Forcada Campos
Actualmente, después del Concilio Vaticano II, las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo han entrado en una fase de respeto, de mutua comprensión y colaboración. La Iglesia ha suprimido de la liturgia la mención a los “pérfidos judíos” del Viernes Santo. En varias naciones, entre ellas España, funciona la asociación llamada Amistad Judeocristiana. Hoy en día se tiende a acentuar lo mucho que une a judíos y cristianos, y a comprender los muchos puntos que nos separan.
El judaísmo ha constituido un problema para la humanidad. La religión peculiar de los judíos, su unión racial, su dispersión por el mundo adaptándose sin fusionarse a otros pueblos y sus cualidades intelectuales y mercantiles los han hecho a veces odiosos. Los políticos han buscado diversas soluciones, segregación, persecución, negación de los derechos humanos; más no han conseguido más que afianzar en su fe y esperanza. El pueblo judío vive todavía gracias a la protección que el Cielo le ha dispensado. No hay que ignorar que Dios le ha prometido la inmortalidad a Israel.
Sólo una solución puede devolver la paz a los ánimos y sus derechos a todos los hombres: la justicia y la caridad entre los hermanos. Cristianos y judíos somos hijos de Abraham y nos unen muchos lazos comunes. San Pablo dijo: “Es cierto, hermanos, que siento un singular afecto hacia Israel y pido muy de veras a Dios su salvación “. El Papa Pío XI fue el primero en indicar el verdadero espíritu de este movimiento, “espiritualmente -dijo- los cristianos somos semitas”. Es preciso continuar en esta línea hasta que desaparezca todo rencor injusto entre judíos y cristianos. Por ambas partes hemos sido ofensores y ofendidos. Hermanos separados los llamó Pío XII, el mejor bienhechor antes del Papa Juan, en el mensaje de Navidad del año 1950. El mismo Papa Juan ante un grupo de judíos dijo: “Yo soy vuestro hermano José”.
El verdadero ecumenismo, como Jesucristo lo predicó, debe salir de las fronteras del cristiano hasta ver en cada hombre un hermano.
Eliseo Forcada Campos. Asociación Cultural Cardona Vives