Per Eliseo Forcada Campos
¿Cuándo sucederá? ¿Ha nacido ya el Anticristo? ¿Qué hará cuando venga? Presas de la misma zozobra preguntaron los apóstoles a Jesucristo; más no seamos curiosos, nos dice el Señor; Dios se ha reservado este misterio hasta que la experiencia nos lo demuestre a todos.
Muchas veces exalta San Agustín el éxito misionero de los Apóstoles al constituir la primera iglesia cristiana de Jerusalén, predicando el Evangelio en las Sinagogas. Después, dice, raras veces se convierten los judíos. Sin embargo, ven que nosotros tenemos su Ley y sus profecías, que tenemos un sacrificio cotidiano y ellos no, que la Iglesia se difunde por todo el orbe y comienzan a pensar en ella. No explica San Agustín, ni ha llegado a comprender ningún historiador o teólogo, el cambio de actitud judía frente al cristianismo en la última década del siglo I.
Se comprende la fácil adaptación primera de judíos al Evangelio teniendo en cuenta que Jesucristo había dejado los ánimos preparados con suficientes pruebas para que le creyeran resucitado. San Lucas dice: “Todo el pueblo estaba pendiente de sus labios” (19,48); San Marcos: “Las muchedumbres estaban asombradas de sus enseñanzas” (11,18); San Juan: “Si le dejamos libre todo el pueblo creerá en El” (11,48).
Pero todo esto aumenta nuestro enigma: ¿Porqué dejaron de entrar los judíos en la Iglesia? Una sola respuesta da algo de luz: el Cristianismo extendido también a los gentiles, abandona la Sinagoga y la observancia de la Torá, y la Sinagoga abandonó a la Iglesia. La Ley había sido durante siglos la razón de ser del judaísmo; algo que no podía ser borrado del corazón de los judíos fácilmente.
Nada impedía el cumplimiento de la Ley, aunque no era necesaria para salvarse, dentro de las comunidades judeocristianas, dice San Agustín. Desde este punto de vista, su abandono radical y absoluto fue un error de práctica apostólica o método misionero. Así quedó sellado el divorcio y separación completa entre Iglesia y Sinagoga.
Eliseo Forcada Campos. Asociación Cultural Cardona Vives