Per Baltasar Bueno
La de la Virgen de los Desamparados, la Mare de Déu dels Desamparats, Patrona de Valencia y su Reino, ambos títulos por Privilegio pontificio, es la más tierna, dulce y emotiva que tienen.
Al contrario que las otras fiestas, las de la Geperudeta son tranquilas, nada ruidosas, serenas y frescas. Su fiesta litúrgica es el sábado anterior al segundo domingo de mayo, su fiesta popular externa es dicho segundo domingo.
Hasta esa fecha, todo anuncia que se aproxima la festividad de tan tierna madre. Desde después de Navidades, Miguel Galbis, catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Castellón, elabora el inmenso tapiz de flor, que para el altar de flor, levantará el Ayuntamiento de Valencia, patrón de la imagen junto con el Cabildo de la Seo, y pagador histórico de las fiestas de la Verge.
La víspera comienza a instalarlo y por la plaza basilical desfilan los valencianos a contemplar y admirar la estampa hecha flores que llena en vertical la fachada del templo mariano.
En cada tapiz, Miguel Galbis suele gastar 200 kilos de pétalos de flor, alelíes y sanguinaria, principalmente, con lo que dibuja escenas tradicionales valencianas, que siempre tienen por centro la imagen de la Virgen de los Desamparados. El tapiz mide 9,5 metros de anchura y 11 de altura.
Lo realiza siempre en su taller, sito en la calle Fray Juan Monzó, 7, con la colaboración de ocho mujeres. Es el mismo equipo que suele hacer los tapices florales de san Vicente Ferrer, que el día de su fiesta son instalados en el frontispicio de la Casa Natalicia del santo en la calle del Mar, donde se hace las ofrendas de flores al patrón del Reino, y los tapices florales del Corpus.
Mientras en la plaza Galbis concluye la colocación del tapiz, en el interior de la Basílica de la Virgen se celebra a las cinco de la tarde las Vísperas, que preside siempre el arzobispo, momento en el que canta la Escolanía de la Virgen, luego, a las ocho de la tarde, vendrá la sabatina y la solemne Salve. Si no se acude pronto a cada uno de estos actos, se corre el riesgo de no poder acceder al interior de la Real Basílica, de tanta gente que acude y tan pequeña es la casa de la Madre.
La plaza de la Virgen por la noche se convierte en un río de gente, de valencianos de la ciudad y de los pueblos que acuden a contemplar el tapiz. A las doce de la noche, la Fallera Mayor de Valencia y su Corte de Honor abren la dansà, bailes tradicionales del folklore valenciano. Se suman ordenadamente a ellas distintos grupos folklóricos de la región, hasta altas horas de la madrugada.
Por carreteras y caminos, durante la noche, numerosos grupos de personas, peregrinos, van caminando hacia la plaza de la Virgen, vienen de los distintos barrios de la ciudad, de las pedanías y de los pueblos y ciudades de la región.
La emotividad en la plaza va creciendo por momentos. No se puede contener. La gente espera ansiosa la Missa de descoberta, a las cinco de la madrugada. Media hora antes son abiertas las puertas y el pueblo entra en desbandada al templo.
Levantado el lienzo que cubre la histórica y venerada imagen, comienza la Misa, jalonada de gritos que no cesarán en todo el día. Vixca la Mare de Déi, Vixca la Geperudeta, Vixca la Mare dels que no tenen Mare, Vixca la Mare dels Valencians, Vixca la Perla del Turia,Vixca…..
Nervios, emociones, gritos, afonías benditas, sudores, lágrimas,… la Basílica es un amalgama de personas de toda edad y condición. Imposible que haya silencio. Es un pueblo extiendo tener a su Patrona. Volem la Mare de Déu, Volem la Mare de Déu, Volem la Mare de Déu.
La imagen Peregrina está encerrada en la sacristía. Estará allí hasta la hora del Traslado, a la diez, pero sus más fervientes seguidores no cejarán en su empeño, irán a la suya, por mucho que les hayan secuestrado a su Virgen.
A las siete de la mañana aparece tímidamente el sol, el fresco de la noche comienza a disiparse, abandona la plaza. Está toda llena, no cabe un alfiler. Junto al altar, el estrado de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Municipal de Valencia, la Coral Infantil Juan Bautista Comes y el Coro de los Niños de los Colegios Municipales de la ciudad.
Sale el clero en procesión, arzobispo, obispos invitados, sacerdotes, cerca del centenar de concelebrantes. Violines, violonchellos, órganos y las suaves voces de los niños comienzan una canción enternecedora: Quan naix el dia les campanes van dient Ave Maria.
Irá in crescendo la ternura, la finura religiosa y del pueblo. En el salmo responsorial de la Liturgia de la Palabra de la Missa d´Infants será proclamado el versículo nacional patrio, tomado del Libro de Judith 13, 18bc-19 Tú eres l´orgull del nostre poble.
La Misa tiene el clima y la estética de un amanecer, fresco y poético. Serenidad total. Delicadeza. La Fallra Mayor de Infantil de Valencia lee la consagración de los niños a la Patrona. Con su Corte, depositara en el altar flores.
A las diez de la mañana, el pueblo constituido a los pies de su Virgen la llevará en volandas hasta la Catedral, para la Misa de Pontifical. La pequeña procesión comienza siempre bien, con el clero, canónigos y arzobispo, pero pronto el pueblo les arrebatará la imagen y la hará suya, mandará de ella.
Andará la Virgen sobre un mar de cabezas y corazones, un océano de amor, de vivas, de lágrimas, de oraciones, de manos que le tocan y le piden, que le prometen, que le dan las gracias. Los vítores se repiten incansablemente.
Hombres hechos y derechos lloran a lágrima viva a su paso, bajo sus andas, delante, al lado y detrás de ella. Todos quieren llevarla, comérsela a besos. Desde ventanas y balcones, a su paso no cesan de llover los pétalos de flores.
Un pequeño trayecto, apenas un centenar de metros, cuesta recorrerlos una hora. La Virgen parece que nada entre tantos amores y escora a un lado y otro como queriendo acariciar a quienes la portan y acompañan apasionadamente.
Misa y Traslado son los dos actos con mayor seguimiento de telespectadores, los programas que más share alcanzan de las televisiones que lo retransmiten.
Llevo más de 15 años retransmitiendo para Canal 9 ambos actos y aunque lo hago desde un lugar no situado en la propia plaza, junto con las locutoras destinadas al efecto, he de decirles que lo que vemos y escuchamos por los micrófonos de ambiente pone los pelos de punta.
Por la tarde, a las siete, será la procesión general, por el mismo itinerario que recorría la imagen hace quinientos años. La imagen ya no será propiedad del pueblo, que ya no hará lo que quiera de ella, como en la mañana. Irá de manera ordenada, protocolaria, y las calles de la ciudad serán una fiesta repleta de sentimientos y lluvias de pétalos incesantes por todo el recorrido. Es mayo florido, pero su centro está en esta solemnial processó.
Aunque el Ayuntamiento ya no hace los históricos bandos que cada año repetía el Consell de la Ciutat ordenando a los ciudadanos limpiar las calles y engalanar las fachadas, los valencianos lo hacen, como sus antepasados de medio milenio atrás.
Hay que hacer una mención especial, en justicia, a la labor del Gremi de Campaners.
Quince miembros del Gremi de Campaners de Valencia voltean manualmente las campanas de la torre Micalet, el campanario de la Catedral, nueve en total, durante las celebraciones de la festividad de la Mare de Deu dels Desamparats, siguiendo la composición que hizo el canónigo Herrera de 1704 para el día de la patrona de Valencia.
Las campanas del Miguelete suenan por primera vez a las 7,30 de la mañana con el "toque del alba", que antiguamente se hacía sonar a las 4,30 de la madrugada, y que consiste en un volteo común seguido de un "villancico" a la Virgen de los Desamparados. Con él se anuncia el comienzo de la Missa d´Infants, que se inicia a las 8 de la mañana.
Durante el traslado de la imagen peregrina, desde la Basílica a la Catedral, a partir de las 10,30 de la mañana, vuelven a sonar las campanas con volteos generales en la salida de la imagen de la Basílica, en la entrada a la calle del Miguelete y en la entrada a la Catedral por la puerta de los Hierros. En el resto del traslado se hace sonar continuamente cuatro campanas de las seis pequeñas y una de las cinco mayores.
A las 12 del mediodía, en el inicio de la misa solemne de la Catedral se produce otro volteo general de campanas. Por último, a las 18.30 horas, los miembros del Gremi de Campaners hacen sonar manualmente las campanas para anunciar con un repique la salida de la procesión. A lo largo de ella, las campanas son volteadas hasta la entrada de la Virgen en la Basílica.
No se conforman los valencianos con un día, con un fin de semana, y proseguirán las fiestas varios días después, más allá de la huitava. Corporaciones, gremios, asociaciones, entidades,… patrocinarán jornadas distintas en honor a la Verge dels Desamparats.
Bancaja el lunes organiza y paga la Ronda a la Verge, un concierto que combina la música coral y las danzas regionales y que se realiza en honor a la Virgen de los Desamparados.
A mitad de semana, el templo aparece profusamente adornado de flor. Es la fiesta de las floristas en honor a la patrona. Cierrran todas las floristería, para que se sumen a la fiesta, tras la Misa en la Virgen, van de comida.
Ese mismo día las tunas universitarias y la de los cuarentunos rondan a la Virgen en el altar de flor y en la propia Basílica. Hacen pasacalle desde la plaza de la Reina
El último acto a destacar, se celebra el segundo miércoles después de la fiesta, con un besamanos a la imagen que provoca colas interminables desde las siete de la mañana y hasta las doce de la noche. Una larguísima cola que llega hasta la plaza contigua de la Reina permanece activa todo el día. Todos quieren besar la venerada imagen. El acto es organizado por el esforzado y animoso grupo de la Hermandad de Seguidores de la Virgen.
La Virgen de los Desamparados es alcaldesa honoraria en la archidiócesis de Valencia de un total de diez localidades y patrona de otras 18, dentro de poco será también alcaldesa honoraria de Almàssera.
Es alcaldesa honoraria de Valencia, Torrent, Alcolecha, Adzaneta de Albaida, Vallada, Paiporta , Mislata, Tosal Nou- Rafelguaraf y Alfafar. Su imagen, incluso, ha sido coronada canónicamente en Valencia, Torrent, Muro de Alcoi, Llanera de Ranes y Adzaneta de Albaida.
Las localidades de la archidiócesis que la tienen como patrona son la ciudad de Valencia, Buñol, Gandía, Muro de Alcoi, Pobla Llarga, Paiporta, Torrent , Tosal Nou-Rafelguaraf, Alginet, Alfarp, Adzaneta de Albaida, Alcolecha, Algimia de Alfara, Llanera de Ranes, Teulada-Moraira, Orba, La Vall de Ebo y Tavernes Blanques.
En Denia es patrona de los pescadores y en Moncada se la considera como especial protectora.
Además, hay parroquias que la tienen como titular en los barrios de San Isidro y Nazaret, de Valencia, y en Alcoi, Bétera, Godella, Paterna, Plá de Corrals-Xàtiva, Puerto de Sagunto y Teulada-Moraira.
Como apéndice de la fiesta, el sábado víspera, la imagen de la Mare de Déu dels Desamparats que se venera en la parroquia Resurrección del Señor, de Campanar, visita el hospital La Fe de Valencia.
La procesión, organizada por la agrupación de fallas Benicalap-Campanar, se inicia con una misa en la explanada de la parroquia a las 19 horas. Concluida ésta, la imagen será trasladada a hombros por falleros, acompañados por falleras, presidentes de fallas y fieles, desde la parroquia hasta la explanada del hospital que recorrerá en procesión.
El itinerario se inicia en el pabellón de maternidad para continuar por el infantil, central y traumatología. A lo largo de su recorrido, enfermos y familiares recibirán a la imagen de la Virgen en la puerta de estos pabellones y los que no puedan salir podrán verla desde las ventanas.
Durante la procesión, los momentos de mayor emoción se producen "cuando surgen madres que acercan a sus niños enfermos en brazos para que besen a la Virgen".
Con especial fervor se celebra la fiesta de la Patrona en los asilos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, cuya Casa Madre y General se encuentra en Valencia. Esta institución centenaria, fundada bajo la advocación de la Virgen de los Desamparados se encuentra extendida hoy por 17 países del mundo, en los que cuenta con más de 200 casas de acogida, donde son atendidos más de 28.000 ancianos. En la región valenciana hay asilos en Valencia, Xátiva, Oliva, Sagunto, Sueca, Requena Masarrojos, Xixona, Elche, Monóvar, Novelda, Orihuela, Villena y Vinaroz.