Per Mikèl Garàu Rosselló
La máxima de la Filología dice: las lenguas las hacen los pueblos no los lingüistas. Y así es en cualquier lugar del mundo en que nos hallemos, salvo, claro está, el caso de las lenguas sintéticas. Es decir, lenguas fabricadas en los laboratorios de lingüística de las universidades u otras entidades. Siendo precisamente éste el caso del catalán, idioma fabricado en el laboratorio lingüístico del Institut d´Estudis Catalans, publicando la primera gramática de la lengua catalana en 1918.
Gramática escrita por el ingeniero en Minas, Puertos y Canales, especialidad de Química, D. Pompeu Fabra, y aceptada por las distintas universidades de Cataluña y de rebote las del resto de España. Y como se suele decir: allá se las arreglen los catalanes con sus "magistrales" mezclas lingüísticas. Mezclas que han dado como resultado una lengua sintética que la mayoría del pueblo catalán, no estando de acuerdo con ella, la ha denominado barceloní en vez de catalán. Esto viene reforzado por lo que enseñan en las universidades los catedráticos de catalán diciendo: "Caso curioso del catalán es que, al revés de como ocurrió con las demás lenguas, que se formaron y evolucionaron con los trovadores, el catalán ya nace maduro y desarrollado, con los escritos del mallorquín Ramón Llull".
¡Menuda tomadura de pelo! Llull, además de no ser catalán ni descendiente de catalanes, pues lo era de monpellerenses y en "Montpelier" en el siglo XII y posteriores hasta el XVII se hablaba y escribía en provenzal, eso de escribir en romance catalán, nada de nada. Este pensador universal escribió en romance mallorquín, lengua que aprendió en Mallorca al haber nacido y vivido toda su juventud en esta isla. Además de que todos los estudios que se han hecho al respecto demuestran que la estructura lingüística que usa Llull ni siquiera es la forma pura provenzal sino la mallorquina. Y lo más gracioso del caso es que ellos lo saben, saben perfectamente que Llull no escribió en catalán. Lo saben pero se lo callan. Y se lo callan, porque si lo reconocen públicamente, adiós a los países catalanes, adiós a las directrices que Prat de la Riba dejó escritas en el libro "La nacionalitat catalana" (1907): "... ya es afirmación de la personalidad catalana, que no acaba en las fronteras de la vieja provincia nuestra, sino que se extiende tierras más allá, hasta tocar las palmeras de Murcia y atravesando el mar, florece en las islas de Mallorca... /... no tenemos un nombre común; hagamos como los ingleses y su Gran Bretaña, flor de un imperio a punto de abrirse; hablemos de la Cataluña grande, que no es el Principado sólo, ni Mallorca, ni el Rosellón, ni Valencia; sino Valencia y Mallorca y el Principado y el Rosellón, y todos a la vez... / ... y para llevar a cabo esta filosofía, hay que dominar por la fuerza de la cultura, servida y sostenida por la fuerza material; es el imperialismo moderno, el imperialismo integral, el de las grandes razas fuertes de ahora... / ... por la unidad de la lengua llegaremos a la unidad política".
Esto y sólo esto es lo que persigue el "nazionalismo" catalán. Una unidad política a costa de lapidar la lengua e identidad propia de Baleares y de Valencia, sustituyéndola por la catalana; al tiempo que arrinconan el español proscribiendo su uso oficial, pues es fundamental para exigir la independencia de los "Països Catalans" el alegar que en su territorio el español es equivalente a cualquier otra lengua extranjera. Así es como ha tomado fuerza el cuento chino de que balear, valenciano y catalán son una misma lengua con diferente denominación. Sin embargo, científicamente, filológicamente, eso no se aguanta en pie se mire por donde se mire.
Una de las diferencias que se exponen como ejemplo en la asignatura de Lengua española para demostrar que el español y el francés son lenguas diferentes es que en la división semántica de las partes del día en cada una de esas lenguas, el francés tiene un sema más que el español. Pues miren por dónde el balear tiene dos semas más que el catalán en la misma división de las partes del día. Pero no sólo en la Semántica hay las diferencias que demuestran científicamente que balear y catalán son distintos, sino que también las encontramos en la Morfosintáxis y en la Fonología.
A mí en particular me resulta lastimosamente frustrante ver cómo eminentes togas siguen el juego al "nazionalismo" catalán. Unas, tal vez por pasotismo al no afectarles el problema y por consiguiente darles lo mismo mulo que asno. Otras, porque desde sus púlpitos peninsulares ven a Baleares como una colonia de ultramar y les importa muy poco lo que les pase a sus indígenas. Y otras, por no sospechar que están siendo manipulados y engañados por colegas de una supuesta integridad profesional, fiándose de ellos incondicionalmente.
Señores, las lenguas se forman, no se inventan. Brotan y crecen con el uso que de ellas hace el pueblo. Y siempre nacen entre pueblos unidos por vínculos de sociedad o íntimas relaciones de trato. Y Baleares nunca ha tenido ninguna clase de vínculo con Cataluña. ¡Ésa es la realidad! Ya lo dijo D. Josep Tarradellas en su libro "Ja soc aquí": "...Nunca he sido partidario de la política denominada de los países catalanes, de la vinculación nacionalista de Cataluña con el País Valenciano y con Baleares. Desde el punto de vista político no tiene ninguna base. Nos unen la Historia en el marco de la Corona de Aragón, nada más. Los problemas de cada una de las partes son diferentes y difícilmente transferibles". Y no ha habido ningún vínculo con Cataluña, porque el Reino de Mallorca nunca ha sido repoblado ni colonizado por catalanes. Y no porque nosotros lo digamos, sino porque no existe ninguna documentación que avale esa teoría. Y además resulta que en toda Baleares no existe ninguna prueba física de que tal cosa se hubiese llevado a efecto. Por ejemplo, si observamos los países del centro y sur de América, y centramos nuestra atención en los cascos antiguos de sus ciudades, veremos que las construcciones de sus edificios y calles están calcados de los de las ciudades españolas de la época..
Y yo me pregunto, ¿dónde están las muestras del llamado románico catalán en Baleares, precisamente en la época de su máximo esplendor? Otro punto de entre los muchos que hay para derribar la teoría "nazionalista" de la repoblación, lo hallamos en la costumbre humana de poner nombre a nuestros vástagos; resultando que los nombres propios que usan los catalanes a tal efecto son en un 80 por ciento de procedencia germánica: Carles, Enric, Ernest, etc... Mientras que los de los baleares son en el mismo porcentaje, de procedencia hebrea: Bièl, Juàn, Simò, etc... Otro más sería el de los apellidos, en donde resulta que tan sólo un 5,3 por ciento de los habitantes de Baleares llevan apellidos típicos de Cataluña.
Luego, ¿dónde está la supuesta y estudiada como cierta en colegios y universidades repoblación del reino de Mallorca por catalanes? Sin embargo, cada vez que presentamos estos y otros argumentos a los acólitos catalanistas, togados la mayoría y con sotana los demás, nos miran de pies a cabeza y esbozando una media sonrisa nos espetan: ¡incultos...! Claro que, sin pretenderlo e indirectamente están también llamando inculto al ilustre D. Miguel de Unamuno, el cual, en su obra "Por tierras de Portugal y España" (1916), cuando relata las vicisitudes de su estancia en Mallorca nos hace saber: "... a donde quiera que voy me gusta leer en la lengua de aquel país. En Portugal por ejemplo, apenas leo sino portugués y ahora aquí leo mallorquín. Pero cuidado que lo sea, y no catalán". Asimismo, llaman inculto al no menos ilustre D. Torcuato Luca de Tena, que en declaraciones al diario "El Día de Baleares" (1985) aseveró: "...es falso que el balear y el valenciano procedan del catalán. Las manifestaciones culturales de los baleares y valencianos son muy anteriores a las de los catalanes". Otro ilustre inculto que también avala nuestros argumentos, D. Salvador de Madariaga, en su obra "Memorias de un federalista" nos dice: "... habrá que hacer constar también que estos catalanes, que tanto se duelen del imperialismo absorbente de Castilla, se apoderan tranquilamente de los reinos de Mallorca y Valencia, que jamás fueron catalanes. Llamar países catalanes a Valencia y Baleares es hacer pajaritas de papel con los documentos fehacientes".
Nosotros, la verdad, viendo a quién tenemos de nuestro lado, ¡qué mejor piropo se nos puede dedicar para honra y honor nuestro, que llamarnos incultos!
Articul publicat en el periodic "La Razón", el dia 30 d´agost de 2004, i baixat del blog Nou Balearisme.