Per Cesáreo Jarabo
Ha tocado llevar a juicio a Pedro Varela... ¿Y quién es Pedro Varela?
No hemos comido en el mismo plato, pero tengo el placer de conocerle, y me parece una persona culta, inteligente, sensata y cordial.
¿Lo han llevado a juicio por ostentar esas cualidades? Tal vez. Lo han llevado a juicio, acusado de genocidio. En tal caso, si es genocida, debo manifestar que soy partidario de la pena de muerte. Pero, ¿acaso es titular de una clínica abortista?; ¿acaso está aplicando la eutanasia?... Parece que no. Entonces, ¿por qué se acusa a Pedro Varela de genocidio?
El motivo no es otro que el ideológico. A Pedro Varela se le acusa de genocidio por afirmar que uno de los genocidios históricos más conocidos no tiene la dimensión que se le achaca.
¿Tal vez Pedro Varela afirma que el socialismo no ha asesinado en el mundo, durante el siglo XX a más de trescientos millones de personas?; ¿Tal vez niega el genocidio llevado a cabo por Inglaterra en sus posesiones a lo largo de los últimos cuatro siglos?; ¿tal vez niega genocidios como los de Katín o Paracuellos?, ¿o tal vez niega el genocidio llevado a cabo por Macarthur en Manila?
Parece que no. Negar esos genocidios... o comprenderlos y dar “honoris causa” a sus artífices es una virtud que, a lo que parece, no ha influido en el procedimiento judicial sufrido por Pedro Varela. Lo que le ha llevado al banquillo es discrepar de las cifras y los métodos aplicados por el régimen nacionalsocialista alemán en ese mismo sentido, en los años 40 del pasado siglo y que, ni aún aceptando las cifras oficiales pasa de ser un juego de niños si lo comparamos con las cifras alcanzadas en ese mismo sentido, y aún en esas mismas fechas, por los vencedores de la II Guerra Mundial.
No tomo partido por el pensamiento de Pedro Varela; sencillamente siento tanto “despego” de su ideología como de la ideología socialista o liberal, y es que yo me declaro ferviente católico y ferviente español, condiciones que individual y conjuntamente me hacen interpretar, tanto el nacionalsocialismo, como el socialismo o el liberalismo, como pensamientos diabólicos, contrarios en esencia al espíritu humanista que pretendo servir; pensamiento que a lo largo de la Historia ha gestado un mestizaje, cultural y racial, que son la esencia la realidad humana hispánica.
No comparto las preocupaciones de Pedro Varela en este sentido, porque personalmente me parece inaceptable gradar la perversión admitiendo que la misma sea aceptable dependiendo de la intensidad del crimen o de la filiación del criminal, y no comparto la actitud de sus denunciantes y enjuiciadores, por el mismo motivo. Y es que no debemos olvidar que eugenesia, eutanasia y aborto (entre otras cuestiones) son nexos de unión entre unos y otros, y gruesos muros de separación entre ellos y quienes nos identificamos como humanistas, cristianos y españoles.
Y sin embargo, a favor de Pedro Varela tengo que decir lo ya manifestado al inicio de esta meditación. Lo aprecio por las cualidades que me ha demostrado; cualidades que no he conocido ni en otros miembros de su misma ideología ni en ningún miembro de los sectores que lo han puesto en este brete.
Por ese motivo, y exclusivamente a nivel personal, sin aceptar trascendencia ideológica alguna, mi solidaridad con Pedro Varela.