Per Juan Vanrell Nadal
Mallorca pasa por momentos tristes y preocupantes. Ya no es, en casi nada, aquella isla tranquila, dulce, serena, sensata, acogedora, comprensiva, ahorradora, sin prisas (“no li péguis, jà arribarêm, pòbre animal”, me decía mi padre cuando de regreso a casa azuzaba al mulo) sufrida, callada, paciente y sobre todo honesta. Mi madre me envió corriendo a DEVOLVER DIEZ CÉNTIMOS que me habían dado de más. Ésta era la Mallorca de mi infancia.
De aquella Mallorca idílica, inspiración de artistas y admiración de visitantes, sólo queda el recuerdo. Ahora está ahogada por las olas devastadoras del dinero desenfrenado. Mallorca ha perdido su alma:
*Por dinero nos han vendido el alma sencilla de su vida pacífica, hechizo del Arxiduc.
*Por dinero nos han vendido el alma de su paisaje ensoñador, encanto de turistas.
*Por dinero nos han vendido el alma de su lengua milenaria, el “BALEARICUM ELOQUIUM”.
Se han hecho públicos ahora una serie de hechos de corrupción que avergüenzan a los mallorquines bien nacidos. Pero pasa desapercibida otra corrupción moral, no menos inicua. La metodología obscena usada para expoliar el valiosísimo tesoro cultural de la lengua balear, que es una joya de la lingüística románica. Me ceñiré a dos casos recentísimos:
. El PP Balear acaba de elegir Presidente por votación de los militantes. Esta elección, un ejemplar acto de democracia, se prostituyó por actuaciones inaceptables. La cúpula nacional ninguneó descaradamente a uno de los candidatos, D. Carlos Delgado. Lo marginó por su pública e irreductible defensa de las señas de identidad de la lengua y cultura balear, totalmente acorde con el sentir del pueblo mallorquín. Valientemente, en abril del año pasado, en carta pública al Sr. Rajoy, el Sr. Delgado denunció las cobardías y las vergonzosas incoherencias del PP, pidiéndole que pusiera fin a su “AMBIGÜEDAD CALCULADA”. Esta postura choca frontalmente con los planes del Sr. Rajoy, que, como ya hizo en su día Aznar, piensa en ofrecer al nacionalismo catalán las lenguas autóctonas de Valencia y de Baleares, como moneda de cambio para el logro de la presidencia de la nación. Como Carlos Delgado no pasa por la impostura, hubo que contrarrestarlo: Se hicieron contra-programaciones a sus convocatorias; se enviaron SMS, cambiando falsamente los lugares de encuentro; se le negó el apoyo institucional que tuvo el Sr. Bauzà… Temían que Carlos Delgado cumpliera su programa de regeneración, prescindiendo de los “contaminados de la era Matas”… Hasta el propio Rajoy cometió la descortesía de no mencionarlo para nada, al proclamar “Presidente” al Sr. Bauzà. Esto sí, dejó bien clara su voluntad: “NO HAY QUE CAMBIAR NADA”. Todos captaron el mensaje: “LA LENGUA DE BALEARES TIENE QUE SEGUIR SIENDO EL CATALÁN”… Bauzà lo ha entendido tan bien que ya ha ratificado a los Rotger, Fiol y demás artífices del “.cat” en lugar del “.es” en la Autonomía Balear. En todo esto subyace la corrupción solapada de sacrificar políticamente, una vez más, la milenaria lengua balear, incluida también la valenciana, al voraz e insaciable “moloc pancatalanista”… ¿Pueden estos farsantes, estos hipócritas, ser los gobernantes de mi tierra? No será con mi voto. Jamás votaré a políticos cuyo ideal es SERVIRSE del pueblo en vez de SERVIRLO honestamente, como hace el Sr. Delgado desde la alcaldía de Calvià. La alta dirección del PP ha preferido la continuidad -mancillada- en vez de la regeneración. ¿No es esto un tipo de corrupción?.
. El sábado 20 de marzo, la Obra Cultural Balear y otras agrupaciones convocaron una manifestación contra el escándalo de la corrupción en Mallorca. El Círculo Balear, presidido por Jorge Campos, quiso sumarse como tal a dicha manifestación. Increíblemente la OCB se opuso rotundamente, porque “el Círculo Balear es un grupo radical”… Los gravemente enfermos de radicalidad son esos otorgadores de patentes falsarias que niegan la presencia de agrupaciones pacíficas y liberales a una manifestación contra la vil lacra de demasiados políticos corruptos…
El cinismo impúdico de la OCB clama a los cielos. Esta “Obra” viene recibiendo jugosas subvenciones millonarias de los políticos. Lo inconcebible es que su destino ha sido y es para expandir en Mallorca, no la cultura balear, sino la catalana. El diario “El Mundo/Día de Baleares” publicaba también el pasado 20 de marzo que la OCB había recibido 670 mil euros en lo que va de año. Una inmoralidad en esta época de crisis… ¿Cabe más desvergonzada impostura llamarse “CULTURA BALEAR” y recibir tantísimo dinero público de Baleares para destinarlo a propagar “LENGUA Y CULTURA CATALANA”?...
Realmente, la grave crisis moral en Mallorca, cuyo claro exponente es la corrupción monetaria, es verdaderamente lamentable. Hasta la desvergonzada María Antonia Munar, la princesa “MAM”, exhibe su ausencia total de valores al proclamar ufana que “la gente lo ve normal” o que “si no se tiene confianza en los políticos, vienen los dictadores”.
¿”Quo vadis”, pobre Mallorca, con políticos sin ética y sin estética?