Federico Martínez Roda es un hombre de amplios saberes y de opiniones propias, y las dos características se conjugan en un ensayo que pretende rendir un homenaje a una casta de intelectuales reunidos en torno a su amor por Valencia y su cultura.

 

-Pues muy al estilo del siglo XIX. A partir de publicar unos articulos en LAS PROVINCIAS. Jesús Coello y Francisco Pérez Puche me propusieron que tratase temas relacionados con intelectuales valencianos, y acepté, pero sin hablar de los vivos, para evitar herir susceptibilidades. Y de ahí surgió, además, porque hablar de ellos como un ´think tank permite rebatir cierta teoría sobre la falta de una masa de intelectuales valencianistas.

 

 

-Sí, porque fueron ellos los que inician la Renaixença. Constantí Llombart fue el que teoriza el valencianismo cultural y Teodoro Llorente lo impulsa.

 

-Sí, porque LAS PROVINCIAS es el eje del periodismo valenciano, donde se da a conocer esa cultura valencianista.

 

 

-A Juan Ferrando Badía, pero el libro estaba ya terminado cuando falleció. Cada personaje al que se dedica un capítulo está acompañado de características humanas positivas; además, todos ellos me inspiraban alguna reflexión relacionada con la actualidad.

 

-En los siglos XIX, XX y XXI, con bastante continuidad.

 

 

-En un mal momento porque no tienen soporte político. A su vez, es una ventaja que no haya partidos políticos valencianistas porque no se despiertan recelos de exclusión. Yo defiendo un valencianismo cultural que, no obstante, podría tener un reflejo en lo político, ya que, por ejemplo, Valencia podría perfectamente utilizarse como nombre conjunto de la comunidad autónoma. País, Comunitat o Regne son adjetivos, lo sustantivo es Valencia.

 

-Sí, por mimetismo. Por eso intento hacer una labor pedagógica. No se es menos por ser o no ser nación. Y no somos menos valencianos por no ser nacionalistas. Los valencianos sí tienen sentido de pertenencia pero en sentido cultural, no político, y es un sentimiento vivo desde hace 150 años, y sigue.