Per Ramón Mingarro Traver
La mayoría de los pueblos y regiones o comunidades autónomas en España, tienen un mote para el pueblo o región vecina, o para el resto de los españoles, por supuesto estos motes son más bien malévolos o despectivos.
Lo que nos ocupa en esta reflexión es el origen de una de estas palabras. Así pues los vascos llaman a los del resto de España “maquetos”. Los catalanes llaman a los que han ido allí a trabajar y no hablan catalán “charnegos”. Los valencianos llamamos a los que no hablan valenciano y que han venido aquí a vivir “churros”.
Esta palabra en un principio se atribuía a los castellanoparlantes, del interior de nuestra comunidad y por extensión a los aragoneses; pero actualmente se ha extendido esta acepción, a todo el resto de los españoles, básicamente a los andaluces que vinieron en las décadas de los 60, 70 y 80.
La palabra churro la usamos en Valencia y Castellón, y se aplica a los vecinos castellano o aragoneses parlantes del interior de Valencia y Castellón; no así los de Alicante que los denominan directamente castellanos. Curiosamente Alicante no tenía trashumancia de Teruel.
El origen y significado de esta palabra no se conoce, la única explicación que he oído yo, es que cuando se tenían que jurar las leyes, los castellanoparlantes, en vez de pronunciar ‘yo juro’ en valenciano, pronunciaban ‘yo churro’, por no saber pronunciar la “J” valenciana. Esta explicación no pasa de ser una graciosa anécdota; pues ni es imposible pronunciar la “J” valenciana y además en valenciano es jure; juro es en castellano y catalán.
Mi teoría tan válida como cualquier otra, a falta de datos históricos, es que los de Teruel cuando bajaban en invierno a buscar los pastos de nuestro reino, esto produciría cierta reacción entre la población, y que puede ser más lógico que llamarlos de alguna manera graciosa y a la vez despectiva; como es en general la base de cualquier mote. Pues basándome en esto, como resulta que traían dos tipos de ovejas unas muy apreciadas por la lana como las ovejas merinas, y otras menos apreciadas y de mala reputación como las churras; perfectamente podrían decir ‘ya están las churras’, y por extensión, que menos, los churros los que las traían, pues merinos hubiese sido halago, y los motes ya se sabe que son de todo menos halagos.
Veamos resumidamente el fundamento histórico de esta posibilidad:
Los trashumantes que bajaban de Aragón con las ovejas churras y merinas.
- Ovejas churras son autóctonas de los reinos de Castilla y León. Apreciada por su resistencia, su buena carne y buen queso. En Aragón está la variedad churra Tensina. El nombre de churra tiene un origen despectivo.
- Ovejas merinas, no se sabe exactamente su origen, pero se las supone procedentes de Marruecos. Producía una valiosa lana y era la mimada del establo. Su nombre procede de los merinos de Castilla, que eran las figuras con mayor autoridad en las comarcas. Tras la conquista, el Reino de Valencia no tuvo una fuerte cabaña local. Por los pobres cultivos y pastos de Teruel, éstos por el apoyo a la conquista del reino, consiguieron privilegios en los pastos del vecino reino de Valencia en invierno. Los valencianos les vendían o intercambiaban vino y aceite y los aragoneses carne, lana y queso. El estiércol de esta cabaña trashumante también proveía a los campos valencianos, cediéndoles los corrales gratis, así al marcharse tenían una buena capa de abono.
En el siglo XlV hay acuerdos que permiten apacentar a los turolenses de 10.000 ovejas en el término de Liria y 25.000 en el de Castellón, en el siglo XVl, 150.000 cabezas y en el siglo XVll más de 260.000 cabezas; o sea que bajaban a las provincias de Valencia y Castellón.
Mientras en Castilla se hacía todo dentro del territorio, constituyendo una fuerte organización como la Mesta. En la Corona de Aragón, eran muchas y débiles las organizaciones, unidos a poderes locales o comarcales como la de Teruel o Albarracín. Entre Valencia, Cataluña o Aragón había una frontera territorial, produciendo esto una fiscalidad, considerándolos como extranjeros.
A partir del primer cuarto del siglo XX, la trashumancia ha ido en declive, dejando los turolenses de bajar a tierras valencianas a “extremar al reino”, como dicen ellos.
En resumen, si no hay otras explicaciones lógicas, es muy posible que la acepción churro tenga este origen ganadero.
Ramón Mingarro Traver. Burriana, abril 2010.