Per Victor Saiz Castelló
Con el nuevo año y a cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales, la Comunidad Valenciana sigue inmersa en un estado critico y con la sociedad Valenciana en un coma permanente que viene durando demasiados años. El nivel de corrupción situado en los estamentos de la política Española y de la Valenciana en especial, son tan patéticos y vergonzosos que hasta la mayoría de los Valencianos hacen la vista gorda. Tan solo tenemos que mirar los resultados que reflejan las encuestas electorales.
Con un Francisco Camps señalado por varios delitos de corrupción al igual que Fabra, Ripoll y una larga lista de miembros del PPCV, los Populares Valencianos siguen obteniendo una mayoría significativa, en parte gracias al desgaste continuo en el que el PSPV se encuentra instalado. Entre otras cosas por su militancia dentro del Catalanismo más rancio y esperpéntico. Aun así y como han publicado varios medios de comunicación el PPCV empezaría a caer en numero de votos y el pueblo valenciano comenzaría a plantearse otras vías que no sean las del bipartidismo a la hora de acudir a las urnas, ¿Estará empezando a despertar el pueblo valenciano después de tantos años? Es una utopia, pero quizás ese momento pueda acercarse.
Además del nivel de corrupción alcanzado en la Comunidad Valenciana, no podemos olvidar el despilfarro continuo que llevan a cabo los políticos que gobiernan tanto en nuestros municipios, como en nuestras regiones y nación. En muchas de las ocasiones la corrupción y el despilfarro van cogidos de la mano y tienen el mismo ADN. Ese es uno de los mayores problemas que tenemos en España, la aceptación como algo normal del despilfarro de nuestro dinero, del dinero público que no tiene otro dueño que los ciudadanos Españoles. No tenemos que irnos muy lejos para ver ejemplos de la nefasta gestión de algunos ayuntamientos que ceden espacios públicos que pagan los ciudadanos para promocionar proyectos políticos. Tampoco nos tenemos que ir muy lejos para ver “obras majestuosas”, las cuales solo benefician al personaje o a la constructora de turno. Eso si, para acabar espacios como piscinas o centros de día que beneficien a los vecinos del municipio no hay tanta prisa. Ya ni digamos para reactivar Hospitales que serian una gran ayuda para la Sanidad de los vecinos. Las prisas son para el beneficio propio, mientras tanto el municipio patas arriba. Por si alguien no se había dado cuenta, hablo de Mislata. Ese municipio sin ley. La misma ley que rige en la Comunidad Valenciana, la segunda Autonomía más endeudada de España y la segunda Autonomía que menos dinero gasta por habitante en Sanidad. Valencia, la tercera capital Española con más deuda.
Y si no tuviéramos bastante con toda esta situación que nos esta ahogando y sin planes a corto y medio plazo de mejora, también tenemos que ver como la izquierda Valenciana, inculta y traidora se pliega ante las pretensiones esquizofrénicas e imperialistas de los Pancatalanistas más radicales, como ejemplo el de Juan Lapuerta que vendrá en pocos días a visitar el Cap i Casal del Regne de Valencia. En Mislata también sufrimos el Catalanismo radical de algunos grupos marginales que dado su antiespañolismo tienen que acogerse al mensaje totalitario y extremista del catalanismo. Esa es la izquierda Valenciana. Uno de los mayores traidores a la patria Valenciana lo tenemos en Mislata, el “señor” Pedro Mellizo (Pere Besso), que aunque es Catedrático de la Lengua y Literatura Española milita en el Pancatalanismo más radical y deprimente.
Esperemos que en el 2011 y con unas elecciones autonómicas y municipales de por medio ciertas cosas cambien radicalmente. Esto es insoportable.