Radiotelevisio Valenciana, nacida en 1989 bajo el Gobierno del socialista Joan Lerma pasó a ser controlada por el Partido Popular en 1995 con una deuda de 32 millones de euros (5.358 millones de pesetas) y... 653 trabajadores.
Hoy, tras 16 años de gobierno del PP, Canal 9 acumula una plantilla de 2.000 empleados entre fijos y eventuales con lo que nuestro canal autonómico tiene más operarios que Antena 3 y Tele 5 juntas pese a que estas tienen ámbito y cobertura nacional. En ese período, las deudas se elevaron a 1.287,5 millones de euros, es decir, 40 veces más que cuando la controlaron en el año 1995.
Canal 9 ha sido uno de los nidos de enchufe y empleo de amigos y correligionarios y motivo de escándalo con numerosos contratos multimillonarios. El anterior Director de Canal 9, designado por Zaplana y Camps, está acusado de llevarse una comisión de medio millón de euros (83 millones de pesetas) de la subcontratación de servicios de la retransmisión de la visita del Papa a Valencia.
Después del esfuerzo que ha supuesto para TODOS LOS VALENCIANOS el tener y pagar una televisión propia, hoy Canal 9 es un chorro de pérdidas, de corrupción y de catalanización de la sociedad valenciana y se ha convertido por méritos propios en un lastre, en un auténtico enemigo de nuestros intereses.
Creo que dado el volumen de enchufes y personal que sobra en RTVV habría que desplazar una oficina móvil del INEM a Burjasot y empezar a despedir a todos los acomodados que con la inestimable ayuda de nuestra clase política han arruinado este proyecto televisivo valenciano.
Pero antes habrá que despedir a quienes les contrataron.
* Víctor Boné Vidal. Coalicio Valenciana per Castello.