Per Juan Vanrell Nadal
Entre el torbellino de hechos de todo calibre que nos epatan a diario, voy a destacar dos: La acerada y admirable fuerza valenciana de JUAN GARCÍA SENTANDREU y el arte diabólico de tergiversación nauseabunda que exhiben nuestros medios de comunicación.
Todos hemos oído hablar de Joan Laporta. Sabemos que para alcanzar sus egolátricas ambiciones es capaz de cualquier cosa. No hace ascos al inmoral “El fin justifica los medios” (por infames que sean)… Correcto y constitucional que Laporta funde un partido político independista. Lo que no es tan correcto, y sí muy preocupante, es que se rodee de personajes que en su día fueron terroristas, detenidos y encarcelados por ello… Respetable también su afán catalanista… Lo que deja de ser respetable es cuando este afán invade la sagrada e irrenunciable identidad de las regiones limítrofes. Básicamente esto -bajo otros pretextos- era lo que pretendía su acto en Valencia el pasado 23 de enero: Anexionar Valencia a sus fabulados “Païssos Catalans” para hacer realidad el sueño de Prat de la Riva “LA GRAN NACIÓ CATALANA”. ¿No es esto una vil intromisión en casa ajena? ¿No es esto una descarada provocación al noble sentir del pueblo valenciano?...
Cierto, ante este atropello sólo cabían dos opciones: callar o protestar. Las fuerzas vivas y la derecha acomplejada “bien-pensante” optó –como siempre- por lo primero. Pero, ¡oh suerte de Valencia!, Juan García Sentandreu optó por lo segundo y ¡con qué ingenio!, apoyado siempre por el grupo maravilloso de la juventud del GAV, exigiendo que cesaran las provocaciones e interferencias pancatalanistas en nuestra tierra.
El propio García Sentandreu lo explica en su artículo “Laporta: En tu fiesta me colé, entre polvos pica-pica”: “… es lo que hemos hecho: protestar. Nada de impedir el ejercicio de libertades… Los agredidos fuimos nosotros que no se nos permitió ejercer nuestro derecho constitucional a expresarnos libremente y, en ejercicio de nuestro “ius criticandi”, poner a parir a toda esa patulea de exterroristas y radicales izquierdistas que se han rendido al “glamour” de un pijo de derechas de ideas nacionalistas y esencialistas de tipo nazi… Laporta hizo su acto sin que nadie lo sacara de su tribuna, y a mí por decirle “Laporta, nazi, invasor, vete a tu casa” y “Vixca el Regne de Valencia lliure de renegats y catalanistes” me empujaron, me intentaron arrancar mi señera y me retuvieron…”.
Sólo el Presidente de Coalición Valenciana tuvo la hidalguía y el pundonor de oponerse a las ideas secesionistas de un ofuscado pancatalanista que, desde su libertad de expresión, quiere convertirnos en un apéndice catalán. Desde esta mismísima libertad Sentandreu dejó bien claro y bien alto que en Valencia muchísimos valencianos rechazan de plano los afanes pancatalanistas. Todos, y no sólo el Sr. Laporta, tenemos el derecho a disentir y a protestar, máxime cuando se pisotea, se tergiversa y se roba LA VERDAD de la Lengua Valenciana. ¡Bravo, Juan!.
Ésta es la síntesis del evento del 23-01-11. Pero al día siguiente la prensa local y nacional nos presentó a Juan García Sentandreu como a un alborotador peligroso y agresivo. Hasta de Mallorca me han llamado preocupados, insinuándome que no busque su compañía para que no asocien “s’Acadèmi” con un ultra violento, que insulta, agrede y tira polvos pica-pica… ¡¡¡Oh estremecedor poder de LA MENTIRA!!!
Sentandreu se limitó, en aras de su constitucional libertad de expresión, a vociferar a Laporta que Valencia no es Cataluña. Sólo esto. Los polvos pica-pica, como medio defensivo, debió esparcirlos alguien del séquito laportino… Los jóvenes valencianistas protestaban lejos, contenidos por la policía; sólo García Sentandreu estaba cerca de Laporta, gracias al ardid de haberse hospedado en el hotel. Todo está filmado. Ninguna toma lo muestra cometiendo los atropellos de los que se le acusa…
Una vez más LA MENTIRA diabólica de siempre: Ellos, los que provocan usurpando lenguas ajenas, SON LOS BUENOS… Nosotros, los defensores de nuestra lengua ancestral, SOMOS LOS MALOS… Lo preocupante, desalentador e indignante es que cierta sociedad valenciana distinguida, política o burguesa, que se cree la depositaria de las esencias de su tierra, pasa olímpicamente, instalada en su acomplejada cobardía de “bien-pensantes”… Más aún y más penoso todavía, esta sociedad es la que más ataca al Sr. García Sentandreu. Para ellos, más que para la izquierda, Sentandreu es un ultra violento que hay que desprestigiar, marginar y, si es posible, eliminar políticamente. Es lógico. Su noble valencianía abochorna la comodidad de nuestros “bien-pensantes” impostores. Pone en evidencia la indignidad de los que tendrían que defender lo que él defiende. Afortunadamente está muy bien secundado por una juventud sana y aguerrida. Sí, aguerrida, porque “guerrea” valientemente con las armas de la Palabra y de la Razón. La juventud del Grup no apedrea, ni rompe cristales, ni incendia coches ni contenedores. Esto es patrimonio, excesivamente demostrado, de otra juventud, la que lo hace de verdad, si bien luego, cínicamente y con maestría consumada, lo endosan a los demás… Nuestra juventud sólo quiere y defiende LA VERDAD. A gritos, si es preciso.
Es un comportamiento excesivamente habitual de nuestra penosa derecha. En Mallorca, la cúpula nacional del PP marginó impúdicamente a Carlos Delgado. Era demasiado honrado y valiente. ¡Es el sino de los que valen!...
Lo de la prensa merece un especial análisis. ¿Por qué tergiversa la objetividad en el hecho de hacer catalán lo que siempre, siempre, siempre ha sido “valencià” en Valencia y “mallorquí” en Mallorca? ¿Por qué tergiversa las noticias, como en el caso comentado, siempre a favor de las posiciones catalanistas? ¿Por qué en este tema los pancatalanistas son los buenos y nosotros somos los malos? ¿Por qué la prensa nos hace el vacío total, ignorando nuestros actos y omitiendo nuestros escritos? Y así, muchísimas preguntas más… La respuesta se encuentra en los más de 3.400.000.000 de pesetas que la Generalitat Catalana ha dado para la “inmersión” del catalán. La inmersión no recibe ni un céntimo. La mareante cantidad de dinero es para LOS INMERSORES, entre los que están los periodistas…
Nos enfrentamos a un potente y poderoso Goliat. ¡Lo venceremos! Valencia tiene también su David. ¡¡¡BRAVO, JUAN!!!
Juan Vanrell Nadal. Catedrático de Francés. Pte. de la Acadèmi de sa Llengo Baléà.