Per Cesáreo Jarabo
El presente no es un alegato contra el sector de parásitos que el título pueda dar a entender, sino contra la covacha en general.
El pasado sábado día 5 celebró el partido Regeneración su convención fundacional. Ante ese hecho, el silencio genocida fue la respuesta del sistema genocida. Nadie se hizo eco del evento, si bien de manera manifiesta actuó el sistema para acallar la voz doliente del pueblo oprimido.
Domingo, lunes… ninguna noticia. El hecho no mereció la atención de un sistema parasitario cuya primera preocupación, después del hecho de parasitar consiste en acallar las protestas surgidas de los parasitados.
Es el caso que el sábado, unos centenares de personas se reunieron en el Palacio de Congresos de Madrid para fundar un movimiento que pretende canalizar el despertar del pueblo español ante la constante sangría social, económica, nacional y de pura sangre, a que nos tiene sometidos la monarquía borbónica y toda la caterva de parásitos que la ampara; desde la prensa pesebrera hasta los partidos políticos, la banca, los especuladores, los sindicatos y la ETA.
Nada que ver esta actuación de los medios de comunicación con una organización que sí es del sistema: Batasuna; más exactamente la nueva Batasuna, que para atraer la atención de todos los medios del sistema no necesita más que anunciar que va a levantar el dedo.
Alguien pensará que quién escribe se encuentra molesto por esta actuación, y ese alguien se equivoca, porque lo que personalmente me resultaría preocupante es que el sistema diese cancha a la verdad y a la libertad, porque eso significaría que tienen medios para domeñarnos.
Ni tan siquiera nos insultan. Buen ejemplo de lo que debemos hacer con ellos cuando finalmente, el pueblo español tome la determinación que debe tomar.
Pero para las próximas elecciones municipales, tengan presentes los votantes que, en el estúpido juego de la ruleta electoral podrán elegir un partido que actúe contra la corrupción y el genocidio; un partido cuyos candidatos acuden con el compromiso notarial de no ser beneficiarios de las prebendas anexas a los cargos públicos; unos candidatos que en nada se parecen a la casta política parasitaria que nos asola; unos políticos dispuestos a llevar a los tribunales a los chorizos.
La pregunta es: ¿Podrá el pueblo español sacudirse la estupidez en que lo ha sumido la casta parasitaria?