Per Cesáreo Jarabo
Nuevamente hoy, en Castellón, un grupito de jóvenes se han concentrado ante el Ayuntamiento y ante la delegación de gobierno para reclamar su derecho a trabajar.
Nuevamente han sido tan sólo un grupito; tan sólo han concentrado a un 1 por mil de los parados de Castellón. Sencillamente vergonzoso. No por ellos, no por su ejemplar actuación, que personalmente apoyo y en la que animo a perseverar, sino vergonzoso, en primer lugar por parte de los afectados, que prefieren sestear adormecidos por los mimos familiares en lugar de desperezarse y salir a la calle a reclamar lo que les pertenece.
Es vergonzoso, sí muy vergonzoso, que se reúna más gente para protestar por zancadillas que reciben unos chupópteros por parte de otros chupópteros (por ejemplo: por el corte de transmisiones de TV3), que por una cuestión como la reivindicada hoy.
Iba a decir que vergonzoso también por lo que toca a los sindicatos del sistema… Pero es otra cuestión bien distinta, porque ellos cumplen perfectamente con su función de parásitos, amarrados a la subvención mientras digieren el patrimonio sindical que lindamente han deglutido en las últimas décadas.
Lo que resulta curioso es que, como sea que la concentración se ha celebrado muy cerca de donde estos parásitos disfrutan de un edificio que han usurpado a sus auténticos propietarios, en el que sestean y coordinan sus actuaciones para seguir parasitando, han considerado oportuno destacar unos liberados sindicales para parlamentar con los concentrados… Y ofrecerles un viaje a Madrid… Pagado por todos los españoles, naturalmente.
Un consejo a estos valientes que, contra viento y marea, por supuesto sin subvenciones, se han juramentado para no cejar en su propósito: No os desfondéis en la lucha. La vuestra es una lucha a largo plazo; es una carrera de fondo y no de velocidad. El enemigo, no lo dudéis, os está acechando (a la visita de los parásitos me remito), pero no os fiéis de él. Siempre miente. No le hagáis caso. Vosotros sois corredores de fondo.