Per Colectivo 33
El pasado martes día 15, en la sede de Castalia Iuris, de Castellón, y en el
marco del ciclo de conferencias “Terceros Martes Hispánicos” organizados por el
Colectivo33, tuvo lugar la conferencia de D. Pablo Yáñez, con el título "La
Comunidad Valenciana, víctima de la imposición lingüística", que contó con una
asistencia media de público y donde se echó en falta la presencia de los medios
de comunicación, que salvaron su ausencia con las únicas excepciones de “El
Mundo” y de “Castalia Televisión”.
Una extraordinaria intervención de un
hombre que sorprendió de forma muy favorable, puesto que con sus veintiún años
demuestra una capacidad de raciocinio impensable, no ya en la gente de su
generación, sino en la de las generaciones que le preceden y que aguantan a
quienes detentan cargos públicos que les vienen muy anchos desde los que
perjudican profundamente a toda la sociedad.
En concreto centró su
intervención en la persecución lingüística que los políticos enquistados en los
centros de poder ejercen sobre la totalidad del pueblo español, y más en
concreto en el genocidio cultural que la casta política parasitaria está
ejerciendo sobre la juventud y la infancia en la Comunidad
Valenciana.
Animó a los presentes a que no se callen; a que interpongan
recursos jurídicos contra las administraciones públicas, contra los centros
educativos que malforman el espíritu de nuestros niños y de nuestros jóvenes, y
contra las leyes que atentan contra la libertad y contra la justicia.
En
este sentido remarcó que el derecho debe ser de las personas, no de los
territorios, y señaló un hecho curioso cual es que en las comarcas valencianas
donde no se habla valenciano, la enseñanza puede hacerse en español o en
valenciano. Sin embargo, en las comarcas donde sí se habla valenciano, aunque
sea con carácter minoritario, no existe otra opción que la de estudiar en
valenciano… o más exactamente, en “catalán colonial”, como señaló alguno de los
presentes.
Remarcó el hecho curioso que el PP recurra las leyes
antieducativas de Cataluña, y sin embargo promueva leyes similares en los
territorios que domina políticamente, como son la Comunidad Valenciana o
Galicia. Clara demostración de la naturaleza de los partidos políticos, meras
empresas al servicio de intereses económicos ajenos, si no contrarios, a los
intereses del pueblo español.