Per Víctor Boné Vidal
Se acerca tiempo de elecciones, y el PP y el PSOE tienen cerca de 6 millones de votos cautivos, que son personas dependientes de un modo u otro a estos partidos. Sea como sea, el detonante es una clara falta de libertad y de independencia. Los caciques antiguamente, compraban el voto con dinero, hoy la compra de votos a parte de con dinero se realiza con diversas fórmulas.
Sin contar los que dejan de ser servidores públicos a "asalariados dependientes" (diputados nacionales, regionales, representantes municipales, enchufados a dedo, funcionarios interinos que a parte del voto tienen comprada la voluntad). Más los asesores, los sacamentas afines, los jubilados que son invitados a comidas "populares", los beneficiarios de obras públicas, de contratos de suministro, proveedores... Todo esto crea un exarcebado clientelismo, que es letal a la hora de insertar el voto en la urna, a favor claro está de sus "benefactores". Lógicamente esta reflexión, indica que la retroevolución es clara, ahora nos compran el voto y la voluntad. Señores digieran estos datos, siéntense y decidánse a apostar por una tercera vía. El tejido inproductivo de recolocados, toca a su fin, no se puede asalariar ni mantener a más gente. Mamá España está desnutrida. Los ayuntamientos demoran los pagos a pequeños proveedores, y cualquier chupatintas tiene un asesor que suma 3.000 euros (1 voto más), y tiene como función elegir la pista de padel diaria, más el salario doble del chupatintas. No se dejen engañar, esto no es democracia, esto es robo y expoliación, le están robando el futuro y el pan a sus hijos. El clientelismo trasladado a los acuerdos entre "partidos políticos" amén del expolio económico, pone en peligro España, la historia gloriosa del reino de Valencia, los separatismos locales y la expansión del Islam y su pistola (El Corán). Tarde o temprano habrá que tomar una determinación y luchar por la honradez y la educación que nuestros padres nos han enseñado. Después de este artículo me llamarán facha y demás piropos, pero lo finalizo satisfecho. Ya que mi "modus vivendi" no se sustenta de expoliar al pequeño contribuyente, la víctima que padece la crueldad de esta timocracia que nos ha fabricado millones de golfos, que en cualquier país civilizado no tendrían cabida.