Per Federico Martínez Roda
Universidad CEU Cardenal Herrera
En distintos actos de esta Asociación Protectora encontramos algunos acuerdos tomados en relación a la difusión y conservación del valenciano en las que Carles Salvador toma decisiones como integrante de ella.
En la sesión del 7 de febrero de 1934 se decidió impartir un curso de ortografía valenciana por correspondencia y otro de morfología, los dos totalmente gratuitos, por medio del semanario El Camí, nacido en 1932 y dirigido por Joaquín Reig. Esta revista se convertiría en la más importante del valencianismo, tanto por el tiempo que se editó como por el número de suscriptores que tenía, unos tres mil aproximadamente. La corrección de ejercicios se hacía por medio del Departamento de Cultura del Centro de Actuación Valencianista, se inscribieron 19 personas en el de ortografía y 44 en el de morfología.
La experiencia organizativa
Intervino Carles Salvador en una antología de escritores valencianos clásicos del Renacimiento y contemporáneos, con el fin de publicar un libro de lectura para niños, y también preparó las bases de un concurso de lectura y escritura para escolares. Todo eso viene reflejado en el acta del Consejo Directivo del 16 de diciembre de 1934 y en la del 13 de enero de 1935 respectivamente. En este sentido la labor la dicha sociedad, paralela a la de Lo Rat Penat en cuanto a la defensa de la lengua valenciana, lo llevó a presidir algunos consejos directivos, como refleja el acta de fecha 3 de febrero de 1935, hasta que presenta su dimisión.
Con todos estos antecedentes, Carles Salvador fue adquiriendo experiencia organizativa que le permitieron afrontar dentro de Lo Rat Penat, la iniciativa de realizar cursos de valenciano en la sede oficial. En el año del comienzo de los mismos, impartió dos clases de presencia física, una dedicada a morfología y otra a gramática, en las que, además de él, actuaron como profesores, Josep Giner y Enric Valor, y posteriormente se incorporan Mossen Vicent Sorribes Gramatge e Ismael Roselló y Zurriaga.
La coherencia vital
Carles Salvador era maestro nacional, y desde 1923 en que había afirmado que el idioma valenciano era el único adecuado para la enseñanza de los valencianoparlantes fue constante en aplicar esta afirmación, además de los cursos que había organizado a través del centro de actuación valencianista, también fue el artífice de un curso de lengua valenciana durante 1935-1936 que se impartió en el Centro de Cultura Valenciana, que fue el más claro precedente de los organizados por Lo Rat Penat a partir de 1949.
Paralelamente a los cursos organizados por Lo Rat Penat en los que se exigía presencia física, se realizaron otros a distancia dirigidos especialmente a alumnos que residían fuera de la capital valenciana. Debido al auge adquirido se organizaron clases delegadas en Madrid y Barcelona. En 1951 se publicó por primera vez la Gramatica de Carles Salvador como medio de poder seguir las clases a distancia, que se reeditaría en 1952 al solicitarlo muchas personas interesadas. Poco a poco estos cursos crecieron, y el número de alumnos matriculados aumentó, por ejemplo en el curso 1954-55 llegó a tener más de doscientos inscritos, cifra que se incrementó en años sucesivos. El profesorado que intervenía en ellos fue cada vez más numeroso, destacando Francesc Ferrer i Pastor, Martí Minyana, Pere Queralt, Mossen Luis Alcón Edo, Vicent Ferrís García, J. López Sancho, Josep Cervera Grifol y Sánchez Pastor.
Ligados a estos cursos estaban las conferencias pronunciadas en los actos de apertura y clausura de los mismos, en las que participaban catedráticos, profesores y otros profesionales, y que posteriormente eran publicadas. Los temas tratados hacían referencia a aspectos culturales valencianos, y predominaban los de índole histórica y lingüística.
Carles Salvador tenía todo el perfil para lograr el éxito de dichos cursos, tanto por su personalidad como por su formación. Tras estudiar Magisterio en la Escuela Normal de Valencia, fue maestro nacional con destino en distintas localidades valencianas hasta que, finalmente, obtuvo una plaza en Benimaclet. Articulista constante colaboró en diversos medios, entre los que destacan el Diario de Castellón , La Correspondencia de Valencia y Las Provincias .
Escritor prestigioso
Al volver a su ciudad natal Carles Salvador ya era un escritor importante en lengua valenciana. Había publicado poesía: Plàstic (1923), Vermell en to major (1929), Rosa dels vents (1930) y El bes als llavis (1934), en la que se observa su evolución desde el vanguardismo a la naturalidad renacentista recuperada. También había publicado diversos ensayos e incluso obra narrativa como Pecat d’amor (1915); La dragomana dels Deus (1920); L’artista de la Valltorta (1920); Barbaflorida, profesor (1930) y El Maniquí d’argila (1931). Con todo su mayor influencia se debe a su obra filológica: ya en 1930 había publicado Parlem bé .
El reconocimiento pleno de su trabajo filológico se alcanza en los años cuarenta, en los que organiza los Cursos de Llengua i Lliteratura Valenciana , en Lo Rat Penat , como hemos dicho anteriormente, para los que preparó la Gramàtica de la Llengua Valenciana , en 1951. Este mismo año obtuvo el Premio Valencia de Literatura con su obra El fang i l’esperit.
En el preámbulo de la gramática se decía textualmente: “està destinada principalment per a l’ús dels alumnes dels Cursos de Lo Rat Penat; no obstant és apta i profitosa per a tots aquells que tinguen desitjos de conéixer la nostra llengua, circumstància que s’ha tingut en compte utilisant, dins la deguda correcció, vocables lo més comprensius posible i pròpiament valencians, assequibles al poble.”
La frase malinterpretada
Carles Salvador ha sido objeto de polémica por una frase que no se puede entender fuera del contexto de su vida entera dedicada al cultivo y a la enseñanza de la lengua valenciana.
La famosa frase consistió en que en el entusiasmo de una reunión de filólogos y lingüistas celebrada en Cataluña dijo textualmente: “Yo soy catalán”. Menos mal que después de la construcción del muro de Berlín, cuando llegó el presidente Kennedy a la capital alemana dijo textualmente: “Yo soy berlinés”. Queda claro que la identificación con un grupo en el plano solidario no quiere decir una adscripción identitaria, en consecuencia, no se puede reprochar nada a Carles Salvador por su famosa afirmación desde el punto de vista valencianista y, mucho menos, se pueden manipular sus palabras queriendo ver en esto una aceptación de las tesis fusterianas. Su vida y su obra son un mentís permanente a estas tesis.