Per Baltasar Bueno
El Consell de la Generalitat (antes valenciana) presentó ayer un CD con música del compositor valenciano Vicent Martín y Soler (1754-1806), quien ha dormido el sueño de los justos desde que la palmó en San Petersburgo, sin que aquí nadie se acordara de él, excepción hecha del historiador de la música y compositor Bernardo Adam Ferrero, a quien hace ya una treintena de años fui testigo que predicaba sobre él.
En vísperas electorales, a la Conselleria de Cultura le ha dado el sarampión por la música patria y ha editado un CD titulado Ópera Overtures, registro que incluye las oberturas de siete óperas, que hicieron vibrar la Rusia de los zares.
El homenaje de la Conselleria de Cultura llega mal y tarde. Tarde, porque el segundo centenario de su fallecimiento aconteció el pasado año. Mal, porque -ya saben que todo lo que hacen "los de la brillantina" del Consell tiene truco- se han ido a Barcelona a contratar la producción discográfica del homenaje recordatorio.
Con la cantidad de empresas del sector audiovisual que tenemos, el Gobierno de la Generalidad (valenciana, perdón) no ha tenido mejor ocurrencia que darle las sustanciosas ganancias a Columna música, paseo Circunvalación, 8, Gélida, Barcelona, www.columnamusica.com, y que ha matriculado el CD en el depósito legal de Barcelona, con la placa B53908-O6.
La producción discográfica lleva una introducción bajo el epígrafe de Notes en català -¡el PP convertido en el guardián de la cultura catalana!- y la interpretación no se la han dejado a la Orquesta de Valencia, que tiene arte, oficio y profesionalidad para esto y mucho más, sino se la han encomendado a The World Orchestra of Jeunesses Musicales.
Impulsor de este nuevo desprecio a lo patrio, sus músicos y empresas audiovisuales valencianas ha sido el pomposo y hueco Instituto Valenciano de la Música y el patrocinio del Palau de les Arts, que saben dirige una extranjera multimillonariamente pagada.
A pesar del patrocinio, leo en el folleto acompañante, el marrón de la grabación se lo comió no el Palau de les Arts, sino el Palau de la Música.
Y, como ya habrán temido, el texto de la publicación está redactado en el más puro, duro y genuino Barcelona.
Y por si quieren adobar un poco más este despropósito, la obra fue presentada por una catalana, Concha Gómez Escaña, a la que el Partido Popular tiene de secretaria autonómica de Cultura y Política Lingüística de la Generalidad (disculpen otra vez, valenciana). Subrayo, de Cultura y Política Lingüística.